Bodegas

Beltrán Domecq deja la presidencia del Consejo Regulador del vino

  • Renuncia a repetir como candidato tras las elecciones del próximo mes de septiembre

  • Anuncia al pleno su decisión después de ocho años en el cargo

Beltrán Domecq en el salón de plenos del Consejo Regulador.

Beltrán Domecq en el salón de plenos del Consejo Regulador. / Pascual

“El mes pasado cumplí 50 años en el jerez y ha llegado el momento de dejarlo”. Beltrán Domecq ha anunciado a los vocales del pleno del vino su renuncia a repetir por tercera vez como candidato a presidente del Consejo Regulador, cargo que ostentará hasta las elecciones del próximo mes de septiembre.

El químico y enólogo jerezano ha esperado hasta la aprobación este martes de la nueva convocatoria de elecciones para hacer oficial una decisión que adoptó hace ya algunos meses, pero cuyo anuncio se ha visto demorado a causa de la crisis del coronavirus. Su renuncia se produce tras ocho años en el cargo.

“He cumplido otra etapa, es una decisión madurada y creo que es el momento de dejarlo porque ya tengo una edad”, ha manifestado el químico y enólogo jerezano de 74 años momentos antes del inicio del pleno extraordinario para la convocatoria de elecciones, que se celebra en la sede de la institución jerezana del vino.

"El mes pasado cumplí 50 años en el jerez y ha llegado el momento de dejarlo"

Beltrán Domecq seguirá vinculado al sector a partir de septiembre con el asesoramiento a bodegas y se centrará en la escritura de nuevos libros sobre el jerez, faceta esta última que ha compaginado durante su etapa de presidente del Consejo Regulador, en la que ha ejercido una importante labor de promoción de los vinos jerezanos por todo el mundo, al tiempo que ha impulsado su vinculación con la gastronomía a través de los maridajes. No en vano, está convencido de que el futuro del jerez está en la mesa.

Su designación en 2012 como presidente del Consejo con el apoyo unánime del pleno puso fin a una etapa convulsa tras el cese de su antecesor –posteriormente ratificado por el Tribunal Supremo–, el ex consejero andaluz de Empleo Antonio Fernández, por su imputación en el caso de los ERE falsos. El sector llamó a la puerta de Beltrán Domecq, avalado por su amplia experiencia y dotes diplomáticas que permitieron recuperar la vía del diálogo. En 2016 fue nuevamente propuesto por el sector para su designación como candidato de consenso.

Gran conocedor del sector, el todavía presidente es uno de los precursores culto a la viña donde tiene su origen el vino de Jerez, el respeto máximo al terruño que se plasma en la revalorización de los pagos históricos del Marco y que ha calado en algunas de las principales firmas bodegueras y en las nuevas generaciones de enólogos.

Nacido y criado entre botas, Beltrán Domecq tuvo claro desde su infancia que se dedicaría al mundo del jerez como continuador de una gran saga bodeguera, vinculada a tres de las grandes casas de estos vinos (Domecq y Williams, en las que desarrolló su labor profesional, y González, que por este orden conforman sus apellidos).

A sus 74 años, Beltrán Domecq se centrará en escribir más libros sobre el jerez y seguirá asesorando a bodegas

“Mi vida desde que nací ha estado dirigida hacia ese mítico vino; me enseñaron a hablar en español e inglés al mismo tiempo, en primer lugar porque el inglés es la lengua de mi madre -Ana Cristina Williams- y su familia pero, sobre todo, porque Inglaterra era el primer país de exportación de nuestros vinos”, relataba a este periódico con motivo de la presentación de su libro ‘El jerez y sus misterios’ (EH Editores), que escribió tras su jubilación en 2006 en la antigua Domecq, ya en manos de Beam Global, a la que siguió asesorando durante algunos años.

Recuerda el licenciado en Ciencias Químicas y Enología que completó su formación académica con estancias en algunas de las principales regiones vitivinícolas del mundo, caso de Burdeos Burdeos, Borgoña, Cognac y California, antes de su incorporación a Williams & Humbert, donde trabajó junto a su padre Beltrán hasta la llegada de José María Ruiz-Mateos, tras la que dio el salto a Domecq, bodega en la que coincidió con su tío José Ignacio Domecq, ‘la Nariz de Jerez’ y en la que ocupó puestos de responsabilidad en el departamento de producción de los vinos y brandies de Jerez, y en el comercial.

“Quedan muchas cosas por hacer”, ha asegurado Beltrán Domecq, quien desea “suerte” a su sucesor en la continuación de la labor para prestigiar el vino de Jerez, consolidarlo en la mesa y, sobre todo, revalorizarlo, posiblemente faceta en la que le hubiera gustado lograr más avances durante su etapa presidencial, que le habría gustado rematar con un mayor equilibrio y un aumento del precio del vino, pero también de la uva, que considera habría que pagar en función de su calidad. “Lamentablemente, el consumo de jerez, como el del vino en general, ha mantenido en estos años la tendencia a la baja y también ha disminuido la superficie de viñedo”, apostilla el presidente que en septiembre dejará el cargo.

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