Mes a mes, tanto el número de pensionistas como el gasto en el sistema contributivo bate récords en España. Según los datos publicados ayer por el Ministerio de Empleo, la Seguridad Social destinó 9.032 millones en julio para este fin, un 2,98% más que en el mismo mes de 2017, mientras que el número de perceptores se elevó un 1,13%, hasta sumar 9.629.489. Para que se entienda cómo han crecido las cifras, en 2008, en el inicio de la crisis, se contabilizaron 8.390.800 pensionistas en el conjunto del año, con un gasto de 6.038 millones de euros, 3.000 millones menos que ahora, y un importe por persona y mes de 719,68 euros, frente a los 938 euros de julio de 2017.

En Andalucía, el engorde del sistema ha ido en paralelo, aunque siempre con un importe medio por pensionista inferior a la media. De hecho, tras Extremadura y Galicia, es la región de España donde menos cobra este colectivo. Así, el gasto total se situó en 1.300 millones de euros en julio, un aumento similar al español respecto al mismo mes de 2017 (2,9%) y el número de perceptores en 1.547.522, un 1,29% más, con un importe medio mensual de 840,16 euros, 98 euros menos que a nivel nacional y 325 menos que en el País Vasco, donde un pensionista contributivo cobra 1.165 euros de media.

Cádiz es la provincia con la pensión más alta pero también la que peor evoluciona

Andalucía, pues, sigue a la cola en el cobro de percepciones, aunque es cierto que hay una mejoría evidente respecto a 2008, cuando la pensión se situaba en 663,41 euros. El avance, en cualquier caso, se produce en términos absolutos. En la comparación con el resto de España, Andalucía sale perdiendo. Hace 10 años, en 2008, un pensionista andaluz recibía el 92,14% de la media española; pasa la crisis y en 2014 esa cifra se sitúa en el 90,62%; tres años después, en julio de 2017, baja al 89,77%; y un año más tarde se sitúa en el 89,6%, una décima menos. Esta lenta pero constante pérdida de convergencia es un reflejo del mayor debilitamiento del mercado laboral andaluz durante la crisis y, como consecuencia, de la pérdida de renta familiar e individual. Eso sí, la brecha, pese a aumentar, es menor en las pensiones que en los ingresos disponibles por hogar, que según el Instituto Nacional de Estadística se situaban en 2015 en el 78,93% de la media española.

Si descendemos al ámbito provincial, observamos que hay significativas diferencias. En Cádiz, pese a sus altos niveles de desempleo, es donde más ingresos obtienen los que tienen algún tipo de pensión, con 936 euros en el mes de julio de 2018, una cifra que se sitúa en un nivel muy similar a la media española. La razón de este mayor nivel puede estribar en que los que se jubilan ahora son los que trabajaron en muchos casos hace décadas en una Cádiz mucho más industrializada que el resto de la región, con sueldos más altos. Pese a ello, la evolución en los últimos años ya indica que la cuantía media a nivel nacional y andaluz crece más que la gaditana, y para muestra un botón: en julio de 2014 un pensionista gaditano cobraba 885 euros ese mes de media, mientras que uno español percibía 871. Tres años después, Cádiz se sitúa ligerísimamente por debajo de la media, un cambio que se produjo por primera vez en marzo de este año y que no tiene visos de revertirse.

En Almería, Jaén y Córdoba los pensionistas cobran por debajo de los 900 euros

Si Cádiz sube la media, hay otras provincias que la bajan drásticamente, y son precisamente algunas de las más agrarias: Córdoba, Jaén y Almería. En Almería los pensionistas reciben 758,65 euros, el 80% de la media; en Jaén 769 euros, el 82%; en Córdoba 772,4 euros, el 82,3%. Bastante mejor, aunque aún por debajo de España, están Huelva, también beneficiada por su industria (862 euros, el 92%) y las dos más pobladas, Málaga (857 y el 91,4%) y Sevilla (871 euros y el 92,9%).