Airbus esperaba a principios de año no tener que realizar más provisiones para el A400M. Sin embargo, la realidad es tozuda y ayer el grupo reconoció que ha tenido que asumir un nuevo cargo por el programa del avión militar que se ensambla en Sevilla y que asciende a 150 millones de euros para el periodo de enero a septiembre.

Los problemas que arrastra el proyecto no terminan de resolverse y, si bien el año pasado el impacto fue mucho mayor por la concatenación de defectos en los motores y el fuselaje, este ejercicio no podrá librarse de los sobresaltos. En 2016 los cargos fueron mucho más abultados (2.210 millones de euros) que en 2015 (290 millones) y en 2014 (551). En total, y desde su lanzamiento en 2003, el A400M acumula ya 7.150 millones de sobrecostes.

En esta ocasión, los 150 millones, de los que 80 corresponden al tercer trimestre, reflejan dos factores: por un lado, el ajuste de producción y, por otro, las indemnizaciones soportadas por Airbus por los retrasos en las entregas y por las menores capacidades técnicas de los aviones militares, por debajo de las comprometidas con los países clientes.

El programa, en definitiva, sigue representando "un gran desafío", tal y como advirtió ayer la compañía en la nota de presentación de resultados de los primeros meses del año. Admitió que los retos son conseguir las capacidades técnicas contractuales, lograr nuevos pedidos de exportación, reducir costes y elevar la eficiencia industrial. Hasta el mes de septiembre se habían entregado 12 A400M, frente a los 11 del mismo periodo de 2016, pero los calendarios de entrega están todavía en fase de debate con los clientes. "Continúan las conversaciones con las naciones y la Occar -el organismo que agrupa a los compradores- para la eliminación de riesgos del programa", reza el comunicado.

El otro foco de problemas para Airbus fue el programa del avión civil A320neo. En éste se ha topado con dificultades en el aumento de la cadencia de producción por retrasos en el suministro de los motores. Por ello, al comienzo de 2017 se preveían 200 entregas para este año, pero de momento sólo se han realizado 90.

La compañía registró un beneficio neto de 1.851 millones de euros en los nueve primeros meses del ejercicio actual, lo que supuso un leve alza del 2% con respecto a 2016. Los ingresos se mantuvieron estables (+1%) en ese periodo en torno a los 43.000 millones (42.953 exactamente). De esta cifra, los aviones comerciales contribuyeron con 32.643 millones (+4%), mientras los helicópteros representaron 4.388 millones (+2%) y el negocio de defensa y espacio 6.733 millones (-13%). En esta última área se enclava el programa del A400M.