Economía

Abengoa cierra su reestructuración e inicia una nueva andadura tras evitar el concurso

  • El acuerdo contempla que los actuales accionistas pasen de controlar el 100% al 5%, que los bonistas y 'hedge funds' tomen el 50% y la banca acreedora, el 40%. El 5% restante queda en manos de avalistas.

Sede de Abengoa en Palmas Altas.

Sede de Abengoa en Palmas Altas. / efe

Abengoa ha dado este viernes por cerrada su reestructuración financiera, con lo que la compañía, que llegó a acumular una deuda de 9.000 millones de euros, evita el mayor concurso de acreedores de la historia de España e inicia una nueva andadura con Gonzalo Urquijo al frente y una nueva composición accionarial.

En una nota remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la empresa explica que el agente de la reestructuración ha confirmado el cierre del proceso, conocido como restructuring completion date y que la fechas de ejercicio inicial y final de los warrants recién emitidos serán el 31 de marzo de 2025 y el 30 de junio de 2025, respectivamente.

Este viernes se ha producido el inicio de la cotización de los títulos de la ampliación de capital y los nuevos warrants de Abengoa, con los que se ejecuta la dilución accionarial y la entrada de los acreedores prevista en el plan de reestructuración.

La cotización de los nuevos títulos e instrumentos ha tenido como efecto una caída en Bolsa cercana al 70 por ciento, que contrasta con la revalorización experimentada en los últimos días por las acciones de la empresa, cercanas al 30 por ciento para las clase B y superiores al cien por cien para las A.

El acuerdo de reestructuración contempla que los actuales accionistas de la empresa pasen de controlar el cien por cien al cinco por ciento, mientras que los bonistas y hedge funds tomarán el 50 por ciento de la empresa, frente al 40 por ciento para la banca acreedora. El cinco por ciento restante queda en manos de avalistas.

Los acreedores han sufrido una quita del 97 por ciento, mientras que el tres por ciento restante queda articulado a través de deuda con vencimiento a diez años sin devengo anual de intereses y sin posibilidad de capitalización. En paralelo, los fondos que inyecten los 1.169 millones de 'dinero nuevo' sumarán el 55 por ciento del capital.

Este viernes confluyen en la acción de Abengoa todos estos efectos, esto es, la dilución accionarial de los actuales accionistas, la habitual pérdida de valor de los títulos fruto de la ampliación de capital y el canje de deuda por acciones, así como la posibilidad de que los nuevos accionistas decidan poner en venta las acciones recién recibidas.

La ampliación de capital ha implicado la emisión de 1.577 millones de nuevas acciones de clase A y 16.316 millones de acciones de clase B. Además, se han emitido 83 millones de warrants sobre acciones A y otros 858 millones de instrumentos sobre acciones tipo B.

La ejecución de la ampliación de capital y la emisión de los warrants se realiza después de que el conocido como agente scrow reuniese con éxito los 1.169 millones de euros de dinero nuevo para su inyección en la sociedad, lo que permite completar la reestructuración financiera de la empresa.

Según el acuerdo de rescate con los bancos acreedores y los fondos para la reestructuración de su deuda financiera y su recapitalización, el grupo recibiría una inyección de 'dinero nuevo' de casi 655 millones de euros.

El importe total del 'dinero nuevo' que se acordó prestar al grupo asciende a 1.169 millones de euros, aunque esta cantidad incluye los importes refinanciados de los préstamos recibidos por el grupo en septiembre y diciembre de 2015 y en marzo de 2016 -unos 515 millones de euros-.

Además, se incluían 307 millones de euros de nuevas líneas de avales. Las entidades financiadoras que lo aporten tendrán derecho a recibir un cinco por ciento del nuevo capital social de Abengoa. De esta cantidad, unos 50 millones serán para pujar por nuevos proyectos y e resto para avanzar en los que ya se encuentran en marcha.

El comité de bancos que participaron en las negociaciones para la reestructuración estuvo compuesto por Bankia, Banco Popular, Banco Santander, Caixabank y Credit Agricole, mientras que el grupo de inversores de nuevo dinero estuvo integrado por Abrams Capital, The Baupost Group, Canyon Partners, The D.E. Shaw Group, Elliott Management, Oaktree y Värde.

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