Casi un año después de su retirada una noche de invierno en Vista Alegre, Rafael Lozano regresa a los cuadriláteros. Será como volver a empezar, levantarse de nuevo en busca de otros objetivos cuando el púgil de San Pedro ya ha cumplido los 38 años.

Será en Fátima ante el rumano Dragutescu, el mismo que asistió como invitado a la fiesta del adiós. En la velada -que comenzará a las 18.00- también competirán algunos de los mejores productos de la escuela que regenta el propio Balita, pero todos los ojos estarán puestos en el regreso de un hombre que volvió del mundo de los mitos para ponerse de nuevo los guantes.

"Quiero probarme", ha reconocido Lozano, que desde que decidió regresar al ring ha sufrido en sus carnes la dura cara B del boxeo. Alejado de una lucha por el Europeo que tenía apalabrada, el púgil se ha visto obligado a reconducir aceleradamente su carrera hacia nuevos objetivos, y lo de hoy es sólo el primer paso.

Lozano, en su doble vertiente de promotor y boxeador profesional, se ha lanzado a la organización de un calendario de veladas en las que ha invertido buena parte de su futuro. Si todo sale bien, el Balita amenaza con asaltar el Campeonato de España al final de la próxima primavera. Eso llegará algún día, pero antes llega volver a empezar ante Dragutescu.