El Lucena continúa preparando el encuentro en Linares (domingo, 18:00) aún con el dulce regusto de la primera victoria de la temporada ante el Melilla (2-0), en la que el equipo aracelitano desplegó un juego contundente, muy alejado de la paupérrima imagen mostrada en el segundo periodo en San Fernando (4-0) en el arranque de la temporada.

El conjunto provenzal regresó ayer a los entrenamientos después de gozar de dos días de descanso. El técnico, Antonio Montero Nene, dispuso dos sesiones de entrenamiento con el objetivo de que sus pupilos no bajen la guardia ante el combinado linarense, adiestrado por el cordobés Rafael Román.

Montero estudió en ambos entrenamientos la fórmula de suplir las bajas de Babin, lesionado, y Luija, sancionado, en la demarcación de lateral derecho. De este modo, Ocaña, Rubén o Adriano, quien ya ocupase dicha demarcación en los instantes finales ante el Melilla, pueden ser adaptados a tal parcela.

Por otro lado, el club, escuchando la petición del preparador malagueño, ha buscado una superficie de césped natural para llevar a cabo la sesión de trabajo de hoy. Nene pretende que sus discípulos se adapten a la superficie que se encontrarán el domingo en el antiguo estadio de Linarejos. El campo del Montilla se perfila como la opción más probable después de que el director general deportivo de la entidad, Rafael Rojas, haya rehusado utilizar las instalaciones del hotel Antequera Golf. El mal estado de la hierba ha sido la principal causa, a pesar de que la dirección del hotel las cedía de forma gratuita.

A partir de mañana la plantilla volverá a ejercitarse, como viene siendo habitual, en la Ciudad Deportiva de Lucena.