A pesar de todo, el Pozoblanco está ahí. El conjunto pozoalbense abre la segunda vuelta con ánimos renovados después de cosechar un empate en Arcos que sirvió, al menos, para aparcar las dos derrotas consecutivas (ante el Villanueva y el San Fernando) que habían empañado sobremanera el caminar por la Liga. Alcanzado el ecuador del campeonato, los de José Antonio Neva se encuentran con 30 puntos y a sólo uno de la cuarta plaza, en poder del Sanluqueño, que marca la frontera entre los que disputan la fase de ascenso y los que se quedan con la miel en los labios. Hoy, en Lepe, el proyecto vallesano encara un punto de inflexión, al margen de clamar venganza por el 1-4 endosado por el San Roque en el estreno liguero.

Neva cumplirá esta tarde el segundo de sus dos partidos de sanción, por lo que seguirá el lance desde la grada. El técnico chiclanero debe remodelar la banda derecha ante la baja por sanción de Salva -cumple ciclo de amarillas- y los persistentes problemas físicos de Aguayo. En el apartado positivo, recupera a dos de los puntales del once, Tato y Pedro Curtido. Varios canteranos tienen muchas opciones de participar (Nino, Yoyo, Silva, Rizos...), así como el primer fichaje invernal, el ariete Rubén Ferradas, que ya debutó el pasado domingo.

El San Roque va a más y está completando un curso notable. Ascendió el pasado verano y marcha séptimo, con un punto menos que el Pozoblanco, después de golear (3-0) al Cerro de Reyes en uno de los choques disputados el lunes. El combinado onubense ha sacado adelante sus tres últimos compromisos como local -y además con solvencia, dejando la puerta a cero- y no pierde de vista el play off. De hecho, dormiría entre los cuatro primeros en caso de ganar esta tarde a un rival directo como el Pozoblanco, sumido en la misma guerra con medio torneo por delante.

Alejandro Ceballos no dispone del centrocampista Curro, suspendido por acumulación de amonestaciones, y tiene previsto situar a Reyes en la delantera en detrimento de Iván.