Los jugadores del Córdoba, principales responsables de toda la vorágine que está sucediendo en este final de Liga, tuvieron que soportar ayer a la salida del campo los insultos y los reproches de una afición hostil. Como era lógico, los desplazados desde Córdoba no se congregaron para darles la palmada en la espalda. Así, con prisas por alcanzar el autobús, los futbolistas trataban de retratar de forma esquemática lo que les pasaba por la cabeza y lo que piensan en estos duros momentos. Diego Reyes, sintetizando, explicó que se sentía "fastidiado, como todo el mundo". Remataba su expresión con un profundo "¿cómo vamos a estar?".

Arthuro marcó uno de los dobletes más amargos de lo que lleva de carrera. Por eso, no era de su actuación personal sino del doloroso resultado final de lo que más tuvo que hablar el brasileño: "Es lamentable que una vez más hayamos cobrado una ventaja tan grande y nos haya pasado esto". No obstante, el atacante insta (una vez más porque no queda otra) a no echar la vista atrás y seguir apostando porque mientras haya vida hay esperanza: "Tenemos que pensar que es agua pasada y mirar hacia delante". Así que sólo le puede pedir a una afición demasiado golpeada "ánimo y que no se venga abajo. Tenemos que pensar en el Xerez. Y sólo vale la victoria a estas alturas para tener esperanzas".

El centrocampista internacional Ito ha vivido muchas batallas a niveles superiores. Sin embargo, no le resultaba sencillo explicar lo que está viviendo en Córdoba esta campaña: "Esto ya es... una vez más, otro día igual". Así que al extremeño se le acaban las excusas y prefiere basarse en la más sencilla de las razones: "Las explicaciones lógicas son que tenemos que hacer mucho más porque las oportunidades pasan y hoy (por ayer) era una ocasión fundamental".

Entiende el jugador que la clave del partido fue el "1-2 tan pronto" y explica que ahora "hay que seguir y pensar que el domingo hay que ganar sí o sí". También reconoció que "en la mente de todos está todo lo que nos está pasando este año, pero lo importante es tratar de levantarse cuanto antes". Haciendo otro alarde de sinceridad, espetó que la remontada puede ser "un síntoma de un equipo abocado a descender". Así que apuesta por romper el trágico destino el próximo domingo (no queda otra): "La última oportunidad la tenemos contra el Xerez.

Valle, por último, se apuntó a la línea de perplejidad seguida por sus compañeros: "No se puede responder a lo que nos pasa. Hacemos muchas cosas mal y por eso nos sucede. Porque que nos haya pasado en cinco partidos no es mala suerte". El guardameta no quiso personalizar, toda vez que "no sirven de nada las actuaciones personales, no estoy contento porque he recibido tres goles. Hay cosas que haces mal, pero hay otras que cuando estás en el campo no te explicas".

Advirtió el catalán que "nunca se arrojará la toalla, quedan partidos, pero está claro que el vestuario está muy tocado. Creíamos que era el partido para romper la racha y encarar las finales con más energía. Y se produjo la derrota de la peor de las formas".