El Racing de Ferrol es un modesto del fútbol español. En sus 89 años de vida, aún no sabe lo que es pisar la Primera División y su historia reciente está a caballo entre la Segunda y la Segunda B. Pero le tiene tomada la medida al Córdoba. Al menos, cuando se viste de visitante y explota su mejor virtud: el contragolpe. Con ese arma tan simple ha sacado tajada en sus cuatro últimas visitas al feudo blanquiverde. Así, la última alegría que se llevó la parroquia local con el cuadro departamental como enemigo liguero data de 1971, un año grabado en letras de oro en el club ribereño porque significó el segundo -y hasta ahora último- ascenso a Primera. Eso sí, en las liguillas de ascenso de las campañas 95-96 y 98-99, el Córdoba también salió victorioso en casa. En la primera, el 4-2 resultó luego insuficiente; en la segunda ocasión, el 1-0 fue el primer paso hacia el milagro de Cartagonova.

La primera vez que el Racing visitó Córdoba fue en la temporada 1969-70. Los gallegos trataban de asentarse en Segunda y los blanquiverdes ansiaban recuperar la plaza perdida en la máxima categoría, algo que lograrían un curso más tarde. En esos dos ejercicios se produjeron las dos únicas victorias caseras que el equipo cordobesista ha podido brindar a su afición con los ferrolanos de rival.

Pero el reencuentro entre ambos clubes en la categoría de plata significó un cambio de escenario. Tras muchos años en los sótanos de Segunda B y Tercera, el Córdoba y el Racing se volvieron a ver las caras ya en el siglo XXI. Ya todo era diferente. El cuadro ferrolano empezó a cosechar buenos resultados. Un 0-1 en el curso 2000-01 abrió la herida que sólo pudo cerrar momentáneamente el empate logrado un año después (1-1). En la 02-03, un Racing que luego acabó descendiendo, ganó 1-2, resultado idéntico al logrado dos campañas más tarde, en el penúltimo empujón hacia Segunda B.