Xerez-Córdoba B

El truco de los trileros (1-3)

  • El CCF salva en diez minutos de inspiración ofensiva un partido para olvidar ante un rival que se desmoronó tras encajar el empate El Xerez certifica su descenso a Segunda División B

Árbitro: Trujillo Suárez (tinerfeño). No vio un manotazo infantil de López Silva a Raúl Cámara (10') ni unas manos de Alberto García fuera del área que hubiesen significado la roja (52'). Obvió un penalti de Armando a David Prieto en el minuto 64. Expulsó al ATS del Xerez, Diego Jiménez (54'), y al técnico del CCF, Juan Eduardo Esnáider (72'). 

Tarjetas: Amarillas Raúl Cámara (21'), Redondo (45') y Álvaro Rey (53'). 

Goles 1-0 (23') José Vega. Raúl Cámara gana la línea de fondo y pone un centro al segundo palo que José Vega cabecea al ganarle la partida a Cristian García. 1-1 (78')Fuentes. Fede Vico bota un saque de esquina al segundo palo, López Garai devuelve el balón al área pequeña y ahí aparece la cabeza de Fuentes para empujarlo a la red.1-2 (80') Fede Vico. Cambio de orientación de Abel Gómez, Rennella controla y ve la llegada de Fede Vico, que desvía lo justo la pelota con el exterior de su pierna izquierda lejos del alcance de Toni. 1-3 (87') Xisco. Abel Gómez devuelve al área un balón rechazado y Xisco, rompiendo el fuera de juego, controla y bate a Toni Lechuga con un derechazo. 

Incidencias: Partido correspondiente a la trigesimoséptima jornada de Liga en Segunda División disputado en el estadio de Chapín ante 2.257 espectadores. Se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de Juan Tenorio, socio número 112 de la entidad azulina. 

Quien más y quien menos se ha jugado alguna vez una moneda con los trileros que poblaban las plazas no hace mucho tiempo. Desde fuera, todo el mundo creía saber dónde estaba la pelotita escondida, si bien a la hora de la verdad, siempre caía en el error. Sólo cuando el trilero quería, tú podías ganar. Ahí está el engaño. Así se alimenta la felicidad del apostante para que la apuesta siguiente sea aún mayor y, por tanto, también el beneficio. La mentira que rodea ahora mismo al CCF es parecida. No es lógico pensar que una goleada como la conseguida ayer en Chapín puede enganchar al equipo a un objetivo del que se descabalgó hace mucho. El trasfondo tiene que ser otro. Toca hacer otra lectura más profunda. Porque vencer a un Xerez desahuciado merced a diez minutos de inspiración ofensiva no puede esconder la realidad. El equipo ganó, sí; pero no jugó a nada y en varias fases del encuentro estuvo a merced de un enemigo al que sólo con mirarlo le temblaban las piernas. Un equipo que aguantó en pie con el marcador a favor, pero que al recibir el empate y verse definitivamente en Segunda B, bajó los brazos y se entregó a la causa. De esta manera es como se fraguó la victoria cordobesista que hoy hará que muchos rescaten otra vez la palabra play off que hace unas semanas quedó enterrada en el baúl. 

Cuando arrancó el encuentro, era difícil imaginar cuál de los dos equipos se jugaba más, cuál de los dos agonizaba, cuál de los dos es el que ha dado con sus huesos en Segunda B. El CCF, con el mismo once que ganó la semana anterior a Las Palmas -Kiko Olivas ocupó el lugar del sancionado Alberto Aguilar-, se hizo con el balón desde el inicio. No tuvo elección, pues el Xerez, atenazado, pronto se tiró atrás, esperando en su parcela, tratando de hacer daño a la contra o a ver si encontraba un regalo. Pero, ¿qué fue de la velocidad en la conducción, de las transiciones rápidas, del mordiente necesario para hacer daño a cualquier equipo, ya sea el colista o el campeón? Eso se perdió hace mucho tiempo y, sin esos argumentos, ya se hace hasta difícil competir. 

El CCF tocaba, como suele ser habitual últimamente, lejos de la portería contraria, en campo propio, donde no hace daño a nadie. Faltaba convencimiento, meterse dentro del partido. Aún así, el que estaba enfrente era el colista, el peor equipo de la competición. Y eso, aunque no quieras, te obliga a tener a alguna ocasión. Pedro se topó con Toni Lechuga en un pase de la muerte poco antes de que Xisco lo intentara de cabeza tras una falta de Abel Gómez. Fueron las dos primeras llegadas de un equipo que poco a poco se fue diluyendo, contagiándose de las imprecisiones de su rival, poniéndose a su altura. Sólo Carlos Caballero, tras un mal control de Rafa García, y Xisco y Armando, tras sendos saques de esquina y ya cuando se divisaba el intermedio, volvieron a intentarlo. Como ha quedado reflejado, el portero no tuvo siquiera que intervenir. Un dato que refleja la primera parte del equipo de Juan Esnáider... 

No lo hacía mejor un Xerez que en cada acción temblaba como un flan. Pero que con el paso de los minutos fue ganando en confianza, sobre todo al ver lo poco que ofrecía su adversario. Iago Bouzón, a la salida de un córner, y Bodipo asustaron antes de que José Vega diera en la diana tras superar por arriba a Cristian García, que sigue sin estar a la altura de lo que se requiere. El otro acercamiento azulino en el primer acto fue un testarazo alto de Bodipo. Viendo el balance global, daban ganas de quitar la tele del tirón y ponerse a hacer cualquier otra cosa menos seguir viendo el fútbol... o lo que fuera lo que ayer se perpetró sobre el verde de Chapín. 

El inicio de la segunda mitad, ya con Pauliño haciendo de cuña ofensiva, fue más esperanzador. Abel Gómez lo intentó con un libre directo que puso en problemas a Toni Lechuga y acto seguido el envío lateral de Pedro no encontró rematador. La respuesta xerecista fue mucho más clara. Kiko Olivas falló estrepitosamente en un despeje y dejó mano a mano a Bodipo ante Alberto García, que evitó la vaselina y luego se jugó la roja al tocar el balón con las manos fuera del área al frenar el regate de Álvaro Rey. Ni el árbitro ni el asistente, que estaban cerca, se percataron y evitaron un disgusto aún mayor al cancerbero blanquiverde. 

El punch del arranque pasó a mejor vida pronto y Esnáider trató de reactivar de nuevo a los suyos con los cambios. Fede Vico y Rennella ingresaron en el terreno de juego con casi media hora por delante en busca de la esperada reacción. Incluso el técnico se la jugó con una defensa de tres antes de tener que dejar al mando a su segundo al ser expulsado. Y le salió bien la jugada, aunque en clara colaboración con un colista hundido que encajó dos tantos en apenas dos minutos, dibujando en el tramo final un partido totalmente diferente al visto hasta entonces. 

El Xerez trató de sacar fuerzas de donde no las tenía para irse arriba y esquivar el cruel destino que le espera y los blanquiverdes aprovecharon los espacios y la caída definitiva de su enemigo para hacer un tercer gol, además de fallar un puñado más de llegadas claras que hubieran permitido una goleada tan escandalosa como engañosa. Porque el que se tragara el partido entero, difícilmente imaginaría un final así. Un epílogo que deja al Córdoba a cinco puntos de Las Palmas y que hará que hoy se saquen de nuevo las banderas del optimismo, que no de la realidad.

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