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El triunfo inaugural se torna en fiesta nacional

Gerhard Schröder lo felicitó con un apretón de manos. Nicolas Sarkozy incluso lo abrazó. Un radiante Vladimir Putin no tuvo suficientes manos para recibir todas las felicitaciones después de que Rusia goleara 5-0 a Arabia Saudí en el arranque del Mundial.

Pero más allá de él, todo el país celebró la segunda victoria más abultada en un partido inaugural del torneo. En muchas ciudades, fanáticos eufóricos cantaban y ondeaban banderas por el centro durante la noche. Incluso un oso pardo entrenado condujo en una caravana de coches en Moscú. También en la lejana Ekaterimburgo, en la frontera de Europa con Asia, una avalancha de gente salió a celebrarlo.

Hasta hace poco, las críticas eran duras y a la Sbornaya casi se la tomaba como un equipo de amateurs. La experiencia de Stanislav Cherchesov, su técnico, se puso en duda cuando no convocó a jugadores como Neustadter y Rausch, con pasado en la Bundesliga.

Tras la goleada, sin embargo, hasta los medios rusos fueron entusiastas. "Gracias, chicos. ¡Dennos más!", pidió la revista Sport-Express, que tituló con el Give me five en relación al clásico choque de manos.

En Arabia Saudí, por el contrario, el ánimo quedó por los suelos. "Una pálida actuación y una fuerte derrota", escribió el portal Okaz.

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