Córdoba cf-elche

Hay tierra de por medio con el pozo (2-0)

  • El Córdoba salva una jornada inquietante con un triunfo que lo mantiene a seis puntos del descenso. Pepe Díaz, con un penalti al borde del ecuador, y el ex franjiverde José Vega sentencian a un rival que tuvo el 0-1 en el minuto 20

Que nadie se alarme. El Córdoba ganó ayer algo más que tres puntos, ya que superó a un combativo Elche en el cierre de una jornada que estaba resultando muy nociva para sus intereses. Tanto, que los de Lucas Alcaraz iniciaban su partido con sólo tres puntos de margen sobre la zona de descenso. Con una parada clave de Raúl Navas en el minuto 20, un gol de penalti de Pepe Díaz -él se lo guisó y él se lo comió- al filo del descanso y una reivindicación en forma de vaselina de un ex franjiverde, José Vega, El Arcángel disfrutó. Se trata de un resultado balsámico en la búsqueda de una permanencia que esta campaña no pasa por realizar un milagro a última hora, como en años precedentes. Porque quedan 15 puntos para reunir los 50 y el calendario todavía ofrece 16 jornadas para seguir sumando.

El Córdoba no se anduvo con chiquitas desde el arranque: la idea era buscar al gigante, Juanjo. Sin contemplaciones, despreciando el toque en corto. La entrada en el once del cántabro alimentó el juego directo del hasta ayer equipo menos goleador de la categoría, que apostaba por las segundas jugadas ante un adversario incómodo y con calidad para no rifar la bola. Como réplica, los locales presionaban lo más arriba posible, con Pepe Díaz como principal azote. El pichichi blanquiverde -plata de ley- hostigaba a Willy Caballero y tiraba desmarques en los saques de banda. Suya fue la primera acción grata, con caída a la banda izquierda, recorte y centro blocado por el portero.

Scotti, debutante como titular, marcó su territorio con una tarascada a Juli. Richy, la otra novedad en la alineación, se cruzó ante Trejo para enmendar un error en la salida de Jorge Luque. Mientras unos y otros trataban de asentarse sobre un césped en aceptables condiciones a pesar de la adversa climatología de los días -y semanas, y meses- previos, el sol cegaba las ofensivas del CCF y a Raúl Navas, quien sin embargo seguía sin intervenir. Y ya había transcurrido un cuarto de hora.

Recién cumplido el minuto 20 sí llegó el turno del gaditano. Trejo condujo por el medio y sirvió un balón al hueco para Juli, que rompió el fuera de juego entrando en diagonal desde la izquierda, se perfiló y cruzó ante la salida del meta, brillante en su despeje con el pie. El partido, feo, había estado a punto de ponerse horroroso.

El Córdoba no movilizó al personal hasta el 24'. Fue gracias a la pizarra, esa herramienta tan añorada. Jorge Luque botó un córner desde la derecha y Agus, entrando con potencia, cabeceó a la parte superior del larguero. Alcaraz se enfadó aún más cuando, instantes después, el árbitro decretó fuera de juego en un pase de Gerardo a Pepe Díaz, listo para encañonar.

El guión se alteró con esas dos acciones. El Córdoba había encontrado motivos para creer, eran señales alentadoras. En esa inercia positiva, Lizio y Dañobeitia intercambiaron sus posiciones para incrementar el desequilibrio por los costados, infrautilizados hasta ese momento. Sin embargo, la sensación de dominio se difuminó pronto y el encuentro regresó a la senda del tedio, la monotonía.

Pepe Díaz suele llamar a la puerta en las fases de juego trabado. Lo mismo mete un pase insinuante -Lizio se trastabilló y no pudo resolver dentro del área- que cae y cae a la hierba sin sacar dividendos. El cordobés fue ignorado por Iglesias Villanueva en un posible penalti de Martí Crespí y en un agarrón de Samuel en el inicio de un desmarque. Sin embargo, a la tercera fue la vencida: Lizio caracoleó por la izquierda y sirvió hacia el número 10, que en su intento por engatillar en el área volvió a catar el suelo tras ser sujetado por Crespí. Penalti y amarilla. Con la determinación como gran virtud, Díaz agarró la bola y superó a Caballero a pesar de la estirada del arquero argentino, que adivinó su intención.

El Elche se fue al descanso con el leve soniquete de un tiro manso de Jesús Perera y el aturdimiento por la campanada de Pepe, siempre Pepe. A Crespí le pasó factura la tarjeta, ya que se quedó en la caseta en beneficio de otro central, el francés Charpenet. Por su parte, el Córdoba retornó en su salsa, con un tanto que proteger. Y no fueron dos desde el 48' porque el colegiado anuló un testarazo de Díaz, siempre Díaz, en una falta lateral cerrada por Jorge Luque.

El propio Luque botó un córner que Richy, ya sin ángulo, trató de remachar en el segundo palo. La mejor noticia para el Córdoba es que la situación estaba controlada, aunque el precedente de Vigo obligaba a recordar que cualquier desliz puede pagarse caro. De hecho, una indecisión de Gerardo permitió a Perera enfilar el arco en superioridad numérica, pero, en vez de habilitar a algún compañero, decidió probar fortuna con un chut al lateral de la red.

La creciente intensidad del Córdoba le servía para tener al rival más pendiente de defender que de atacar. El patrón impuesto por Lucas exigía un derroche brutal, por supuesto, y el técnico era consciente de que debía compensar los esfuerzos. El primer relevo fue el de José Vega por Dañobeitia. Dos minutos antes, a la hora de juego, Paco Esteban había suplido a Trejo para reactivar la vanguardia franjiverde.

Lizio tuvo la sentencia en el 64'. Pepe Díaz corrió y corrió en un contragolpe tras una falta lateral en contra y envió desde la izquierda para que el argentino, llegando en carrera por el segundo palo, colocara el interior y se topara con su compatriota Caballero. El pleito entró en ebullición: a Jorge Luque le perdonaron la segunda amarilla -sobre todo teniendo en cuenta lo bajo que estaba el listón-, Agus se cruzó de forma decisiva en una incursión por la izquierda de Perera y Acciari cabeceó mal un córner en la frontal del área pequeña.

Al Córdoba no le interesaba un partido roto, ya que la locura, en fútbol, suele ser sinónimo de goles. Y el marcador era suficiente. Sin embargo, las acometidas del cuadro levantino abrían enormes vías de agua en su entramado defensivo, como la que encontró Raúl Navas con un saque hacia Lizio. El idolatrado dorsal 20, al límite de sus fuerzas tras su cabalgada, disparó muy cruzado.

Los pesimistas tenían derecho a pensar que la clemencia podía doler, mucho, en la resolución. Bordalás hizo un último cambio valiente, el interior zurdo Patri por el lateral derecho Óscar Rubio, y Alcaraz, uno precavido: Herreros se estrenaba como mediocentro en detrimento del organizador, un apagado Jorge Luque. La jugada no pudo salirle mejor al preparador granadino, ya que la primera aparición del recién incorporado resultó fundamental para que José Vega dispusiera de hasta dos oportunidades para ajusticiar a su ex equipo. El jerezano no fue capaz de driblar a Willy Caballero, pero sí de colocarle una estupenda vaselina... con la derecha.

Con el triunfo encarrilado, Asen agotó el carrusel de idas y venidas. Entró por Lizio, que pese a las dos ocasiones falladas se retiró entre la ovación de un público que tiene al jugador sudamericano en un pedestal. Los cuatro minutos de descuento arrojaron las últimas muestras de amor propio de un Elche agarrado a los gambeteos de Saúl y un ejemplo de oficio: un argentino, Acciari, le sacó una amarilla a un uruguayo, Scotti. Un perjuicio menor en el contexto de una victoria valiosa, muy valiosa.

- Ficha técnica:

2 - Córdoba CF: Raúl Navas, Gerardo, Richy, Agus, Fuentes; Lizio (Asen, min. 83), Scotti, Jorge Luque (Javi Herreros, min. 77), Dañobeitia (José Vega, min. 62); Pepe Díaz y Juanjo.

0 - Elche: Willy Caballero, Óscar Rubio (Patrim, min. 76), Samuel, Martí Crespí (Charpenet, m. 46), Raúl Fuster; Saúl, Acciari, Usero, Juli; Jesús Perera y Trejo (Paco Esteban, min. 60).

Goles: 1-0, m.43. Pepe Díaz, de penalti; 2-0, min.78. José Vega.

Árbitro: Iglesias Villanueva, del Comité Gallego. Amonestó a los cordobesistas Dañobeitia, Juanjo, Scotti y Agus, así como a los visitantes Usero, Martí Crespí y Jesús Perera.

Incidencias: Partido de la vigésima sexta jornada disputado en El Arcángel ante unos 8.000 espectadores.

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