Fútbol l Tercera División

Un revés rodeado de polémica

  • El Pozoblanco cede su segunda derrota consecutiva y sale de los puestos de 'play off' ante un San Fernando que se vio beneficiado de la actuación del colegiado

Vaciados, derrotados, hundidos e indignados con el arbitraje. Así se despidieron los jugadores pozoalbenses de su afición. El San Fernando quizás no ganó por el árbitro, pero dio la impresión de que el colegiado sevillano salió decidido a ayudar al equipo isleño. O, más bien, a perjudicar al Pozoblanco. Por su actuación, a los vallesanos se les escapó un hermoso partido que comenzó con el San Fernando empujando con muchas aproximaciones, pero sin ocasiones claras.

Pablo Niño, quién si no, levantó al público de sus asientos al cuarto de hora con un jugadón al que sólo le faltó el gol. Fue la antesala de la primera mancha del colegiado, que llegó al pitar una falta inexistente de Acaíñas en la frontal. Javi Muñoz no perdonó, llevándose por delante al técnico blanco, Neva, que fue el primer expulsado.

Esta jugada rompió el partido. Y diez minutos después llegó la acción que terminó por matar al Pozoblanco, cuando Sergio Berro se vio arrollado por Tato en el área. Penalti y expulsión. Hasta ahí todo justo. Pero es que la posición del ariete antes de ser derribado era una incógnita, quizás más tirando al fuera de juego que otra cosa. La ley de la compensación, que suele decirse, pues instantes antes al propio Berro le señalaron un fuera de juego inexistente cuando encaraba a Díaz. Como se decía en los partidos de la calle, Santa María quita las fullerías. Luego, Javi Muñoz reventó el larguero en el lanzamiento de penalti.

A pesar de ello, el final parecía escrito salvo milagro, pues con Tato en la calle el partido se fue al limbo. El San Fernando aprovechó su superioridad numérica para hacer el 0-2 al cuarto de hora del segundo período. Antes había avisado en tres ocasiones ante la despoblada defensa pozoalbense. El gol llevó la firma de Puli, que aprovechó la cabalgada y centro de su compañero Víctor García por la banda.

Tras el 0-2, el partido olía a goleada visitante, pero fue entonces cuando el Pozoblanco tiró de la épica y se levantó sobre sus cenizas para dejar al menos las cosas como estaban a pesar de que Aguayo tuvo hasta tres ocasiones claras y a Isidro lo tiraron en el área. Para colmo de males, Curtido, a diez minutos del final, fue expulsado y el San Fernando acabó jugando ante nueve. Aún así, se metió atrás e hizo cambios en el descuento para perder tiempo.

Desde la grada que abroncó a Santos Pargaña se pidió lo que hace 37 años se le concedió al Barça, que fue que un árbitro (Guruceta) no les pitara más. Hoy no está permitido como antaño recusar a un colegiado, aunque el Pozoblanco tiene motivos para subirse por las paredes. Salió perjudicado. La ovación se la llevó Rizos al darle al colegiado un balonazo involuntario cuando el duelo acababa. En fin, que el árbitro hizo del partido una parodia en la que el bando vallesano salió mal parado, pues suma su segunda derrota consecutiva, sale de los puestos de play off y pierde a Tato y Curtido. Mal fin de año con lo bien que iba todo.

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