Real Madrid-Paris Saint Germain

Un respeto al campeón (3-1)

  • El Real Madrid, que parecía contra las cuerdas, se va a París con una valiosa renta por dos goles postreros

El brasileño Neymar, ayer discreto, conduce la pelota ante Marcelo y Sergio Ramos.

El brasileño Neymar, ayer discreto, conduce la pelota ante Marcelo y Sergio Ramos. / kiko huesca / efe

El Real Madrid se negó a entregar la corona de la Liga de Campeones antes de tiempo ante el Paris Saint-Germain, el equipo al que, por inversión y estrellas, se le señala como un posible heredero, y, aupado por un doblete de Cristiano Ronaldo, irá a París con una importante ventaja de 3-1.

A la vista de la marcha de los dos equipos esta temporada parecía que el conjunto francés podía portar con argumentos el cartel de gran favorito y, tras su abrupta salida de la competición el pasado año al sucumbir en el Camp Nou, quería reivindicarse en el Santiago Bernabéu.

Lo tuvo en su mano, pero el Madrid tiene mucho peso en Europa. Y hasta cuando lo está pasando mal y sufre tiene la fortuna y el acierto que acompaña a los grandes en los momentos de la verdad.

Zinedine Zidane y Unai Emery ofrecieron una sorpresa por bando en sus onces iniciales. El francés apostó por Isco en detrimento de Bale y el español, por el central Kimpembe en lugar de Thiago Silva. Además confió la medular a Lo Celso y el lateral zurdo a Yuri

Ambos entrenadores buscaban el balón, Lo Celso para dar criterio en la salida e Isco para tratar de encontrar ese último pase mágico junto a Marcelo.

Los dos incomodaron más de lo previsto a un PSG al que le costaba asentarse ante el empuje del cuadro blanco, que no tardó en llegar con peligro ante Areola.

La fogosidad le duró al Madrid media hora y no le reportó gol alguno. El cuadro parisino poco a poco se asentó y comenzó a ofrecer balones a Neymar, perdido de salida en el fragor de las faltas.

El brasileño protagonizó la primera llegada con auténtico peligro del PSG, pero se excedió en los regates y perdió el balón. En la continuación disfrutó el conjunto de Zidane de una gran ocasión con una contra con pase de Marcelo a Cristiano Ronaldo, cuyo disparo se estrelló en la cara de Areola.

Sin tiempo casi para lamentos, Mbappe se marchó por la banda derecha, envió un centro al área que acabó en Rabiot tras dejar pasar Cavani y despejar Nacho. El francés no perdonó.

El gol cayó como un jarro de agua fría en la línea de flotación del Madrid, que consideraba clave no encajar. Estuvo al borde del K.O. Tan sólo cinco minutos después, Cavani tuvo el 0-2, pero su disparo lo despejó Casemiro.

Esta acción defensiva pareció despertar el gen europeo del Madrid. Areola volvió a protagonizar una magnífica parada a tiro de un desaparecido Benzema, pero en el saque de córner el árbitro señaló penalti en una acción de Lo Celso sobre Kroos.

Cristiano cumplió con su cita con el gol. El portugés había marcado en todos los partidos de la presente Champions y no falló para devolver a su equipo al partido en un momento clave.

El conjunto de Emery no lo acusó tras el paso por vestuarios. De hecho, tuvo dos opciones claras por medio de Mbappe y Rabiot, pero Keylor Navas y Sergio Ramos mantuvieron las tablas.

El PSG que empezó a pensar más en el global de la eliminatoria y a encomendarse a la magia de Neymar y a las galopadas de Mbappe, toda vez que Cavani, poco activo, fue sustituido a los 20 minutos por Meunier, justo antes que Benzema por Bale.

El campeón francés supo capear esa fase de dominio blanco y hacerse de nuevo con las riendas ante un Madrid que comenzaba a languidecer en el plano físico.

La partida de ajedrez parecía destinada a las tablas. Nada más lejos de la realidad. Marco Asensio fue determinante. Dos centros suyos desde la izquierda obraron la remontada. Cristiano, con fortuna, volvió a marcar, y Marcelo redondeó una noche que devuelve la ilusión al madridismo, aunque tendrá que confirmarla el Madrid en el Parque de los Príncipes.

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