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Tiene el reloj parado (2-1)

  • El CCF encadena su segunda derrota consecutiva en Liga tras una pésima puesta en escena tanto al inicio como a la salida del descanso. El equipo mereció el empate en un ambicioso tramo final.

Berges tiene una tarea para esta semana. Debe ponerle pilas a un reloj que falla cada siete días. Quizás por eso su equipo llega tarde, con la cita empezada. Le pasó en Lugo, ante el Elche y otra vez en Alcorcón. Antes de darse cuenta de que la cosa iba con él tenía el marcador en contra. Y eso, con los problemas ofensivos ya demostrados por este Córdoba, es un lastre difícil de superar. Más si cabe ante un enemigo que se sabe todas las triquiñuelas posibles y hace de su campo un fortín donde los blanquiverdes sólo han sumado derrotas desde que ambos coinciden en la categoría de plata. Puede ser que ayer, en el cómputo global, no la mereciera. Pero tras regalar un par de goles por la falta de actitud al inicio de cada periodo, el último arreón resultó insuficiente. El CCF ha encadenado dos reveses de forma consecutiva -la Copa fue un bálsamo entre semana- y empieza a ver cómo se les van los de arriba. Es cierto que queda un mundo por jugar, que nada es definitivo. Pero igual de verdad es que este equipo anda muy lejos de su nivel real y no termina de dar señales de vida.

El partido comenzó con un Córdoba totalmente superado por el Alcorcón que, tras un gol anulado a Juli, en el minuto 8, lograba adelantarse en el electrónico de Santo Domingo con un tanto de Kike López. A raíz del 1-0 llegaron los peores minutos de la escuadra cordobesista, que lo pasó francamente mal. Los alfareros eran un torbellino. Hasta el minuto 20 los amarillos pudieron incrementar su ventaja de forma clamorosa, pero por fortuna el equipo de Berges consiguió mantener su mínima desventaja. Con el paso de los minutos, el cuadro local fue perdiendo protagonismo y el duelo se equilibró.

Porque, aunque la retirada por lesión de Gaspar descolocó a la parcela defensiva, la entrada de Dubarbier y el pase de Fuentes al centro se convirtió en una gran noticia, puesto que la salida del argentino revolucionó a los suyos, les hizo concebir esperanzas para lograr la igualada en la recta final de la primera parte y en el comienzo de la segunda. Pero al CCF le falta matar, hacer daño de verdad cuando se acerca al área rival. Pedro fue el que más inquietó a Manu Fernández, que metió una mano milagrosa a un disparo cruzado del alicantino para llevar el choque al intermedio con el exiguo 1-0.

Una vez maquillada la imagen en la recta final de los primeros 45 minutos, la segunda parte se planteaba de otra manera. Pero a los seis minutos de la reanudación el horizonte se ennegrecería todavía más. Fallo clamoroso de la zaga que fue aprovechado por Juli para fusilar a Alberto García. Una falta de concentración de la dupla defensiva le volvió a costar muy caro al Córdoba, que empezaba a ver muy de lejos la victoria.

El gol sentó como un jarro de agua fría. Otra vez el Córdoba tuvo que volver a empezar. Los cambios surtieron efecto. La entrada de Rennella y Joselu dieron otro aire a los cordobesistas que, poco a poco, maniataron a un cansado Alcorcón. Pepe Bordalás no estuvo afortunado al cambiar pronto a Oriol Riera, que estaba siendo un incordio para los andaluces. Y fuera de lo que uno se podía imaginar, la Copa del Rey jugó a favor del conjunto blanquiverde que empezó a dominar la zona ancha.

A falta de un cuarto de hora, y en pleno dominio del Córdoba, llegó el 2-1 que dibujaba un nuevo horizonte para el tramo final. El gol de Dubarbier fue el inicio de una fase de acoso y derribo. Los de Berges pusieron coto a su rival, con continuas entradas por los costados que obligaron a los madrileños a dar un paso atrás para guardar su tesoro.

La frustración del Córdoba se simbolizó con un remate de Kiko Olivas al larguero en el minuto 87 que evitó un 2-2 que, al fin y a la postre, hubiera resultado justo vistos los méritos de ambos contendientes. Con más corazón que cabeza, los de Rafa Berges estaban volcados para empatar, pero fue imposible. Se esfumaron unos puntos más que necesarios para recobrar moral y confianza.

De esta manera, el Córdoba continúa sin dar con la tecla en esta Liga. Sólo acumula cinco puntos en cinco jornadas y ya son tres las jornadas que suman sin conocer la victoria en la competición doméstica. Una estadística solo paliada por la victoria en Copa del Rey frente al Elche el pasado miércoles. Y es que más le vale a los cordobesistas la próxima jornada frente al Girona sacar adelante los tres puntos, porque luego les espera un calendario más complicado con las visitas a El Madrigal y al Mediterráneo, además de la llegada a El Arcángel de los dos filiales. A ver si con este panorama por delante, citas todas de las que nadie quiere perderse, Berges es capaz de poner en hora su reloj para que su equipo no llegue tarde y pueda empezar la cena con el resto. De lo contrario, lo más normal es que pronto se vea solo y nadie quiera acercarse a él...

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