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"No quiero hacer sangre"

  • Montero admite que "no me lo esperaba", tira un dardo al grupo y agradece "el buen trato" a la afición

Antonio Montero ya descansa en su Málaga natal, después de ser destituido la noche del jueves como entrenador del Lucena. El técnico admite que "no me lo esperaba" porque "he entrenado durante toda la semana" y deja claro que "ha sido una decisión tomada por el presidente" a raíz de "una discusión". El ya ex preparador lucentino matiza que su silencio -no va a dar ninguna rueda de prensa para despedirse- se debe a que "no quiero hacer sangre", aunque lanza un dardo a la plantilla celeste, de la que no tiene dudas de que "se va a salvar".

Montero indicó que "ha sido una decisión tomada por el presidente. No la comparto, pero la tengo que admitir. Él tiene su forma de ver esto y yo tengo otra distinta". "Me han dicho que no es por lo deportivo, sino por una discusión", sentenció el malagueño. Es algo lógico, pues no es normal despedir a un entrenador a apenas 48 horas de un partido tan importante como el que el Lucena tiene mañana ante el Granada 74. Y es que Nene deja al equipo "a cinco puntos del descenso. He hablado con compañeros de La Línea y de otros sitios y me han dicho ojalá estuviésemos nosotros como estáis vosotros".

El técnico, que advierte que "he tratado de hacerlo lo mejor posible; cada cual hace las cosas como puede", se marcha sin rencor: "Espero lo mejor para el Lucena y si esto es lo mejor... Espero que el Lucena tire para arriba porque cuando uno se va de un equipo en el que ha estado dos años no le puede desear el mal porque si desciende, el entrenador que venga se quitará el mundo de encima y dirá esto yo me lo encontré así y te culparán a ti. Eso es algo que no comprendo de algunos compañeros, que quizás lo hacen por falta de experiencia". "Si la cosa va bien y dejas pagos aplazados, los vas a cobrar, pero si la cosa se tuerce...", dice medio en broma, medio en serio, sabedor de las dificultades económicas del club.

Antonio Montero también tuvo palabras -y no demasiado buenas- para la plantilla: "Algunos, en lugar de hablar tanto, que hablen en el campo, que ayuden al presidente jugando, metiendo los puños". Las positivas las dejó para una grada que siempre le ha mostrado su cariño: "Quiero agradecer a la afición de Lucena el buen trato que han tenido hacia mí en todo este tiempo, en el que he tratado de responderle".

Ahora, al malagueño no le queda otra que "ver mucho fútbol y esperar otra cosa... el año que viene" porque esta temporada ya no puede volver a entrenar "a no ser que saliera otra cosa como la del Lucena -llegó en el play off con Francisco Gutiérrez Vera, que se sentaba en el banquillo-, aunque creo que no me la jugaría otra vez". "Espero que no me falte trabajo", sentenció un técnico que ya ha pasado página.

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