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De la plaza a los tribunales

  • El frustrado torneo que debía haber traído a Rafa Nadal a Córdoba puede acabar en una querella de la empresa organizadora contra el Ayuntamiento

Éste debía haber sido el fin de semana de Nadal, el del gran torneo de tenis que iba a traer a Córdoba al número uno del mundo. Pero finalmente no lo fue, después de que hace un mes quedaran rotas las negociaciones entre el Ayuntamiento y la empresa Quality & Price Technologies, organizadora del evento. La Plaza de Toros, que durante tres días esperaba llenos de más de 14.000 personas, está vacía tras un nuevo fracaso en la gestión y un cruce de acusaciones que va a acabar en los tribunales.

Así se gestó. Todo arrancó en agosto, cuando Quality & Price Technologies ofrece a distintas ciudades la opción de organizar un torneo de exhibición en diciembre, una vez acabada la temporada, cuyo cabeza de cartel sería Rafa Nadal. Quique Franco, gerente de QPT, entra en contacto con Andrés Muñoz, que a través de su trabajo en Unipublic mantenía excelentes relaciones con el Ayuntamiento, habitual cliente de la empresa que poseía los derechos de la Vuelta Ciclista a España. Quique, gestor de 37 años, es hijo de Enrique Franco, el director de Unipublic que falleció a comienzos de este mismo año, y este mismo mes ha entrado como vicepresidente del área de marketing, comunicación e imagen de la Federación Española de Ciclismo.

A partir de ahí se inicia una ronda de contactos y el Ayuntamiento muestra su vivo interés en un evento que, en principio, sólo contaría con los miembros de la Armada española. Todavía en el mes de agosto, Franco se desplaza a Córdoba para mantener una primera reunión con Octavio Triano, gerente de la Fundación Córdoba para el Deporte, en la que se fija un presupuesto inicial de 1.200.000 euros como paso previo a nuevos encuentros, en los que ya se suma Alfonso Igualada, presidente del IMD y de la Fundación.

Es entonces cuando se acuerda que el torneo se disputaría en la Plaza de Toros . Los organizadores entran en contacto con Roberto Carretero, ex tenista profesional y ahora representante de jugadores que sería el encargado de cerrar el cartel. También se acuerda que tanto los gastos como los beneficios del torneo se repartirían en porcentajes del 40-60, con la mayor parte para el Consistorio.

En este punto es cuando entra en escena la Fundación, que este año ha cobrado un nuevo impulso centrándose en la organización de eventos. Ante la imposibilidad de que el Ayuntamiento como tal corra con toda la partida de gastos, la Fundación se erige como garante de la celebración del torneo, con un contrato redactado sólo a expensas de la firma. “En esa reunión en la que estaba todo listo para firmar es cuando Alfonso nos dice si sería posible traer a Roger Federer”, señala Franco, algo extrañado porque ya entonces los responsables municipales habían dado muestras de ir algo “apretados” en el presupuesto, como recuerda el gerente de QPT, aunque Igualada insiste en que sería la mejor manera de hacer un gran torneo que sirviera como escaparate para la Candidatura a la Capitalidad de 2016.

Federer contesta de forma negativa, ya que no quiere ver ni en pintura a Nadal, que hace escasas semanas le ha arrebatado el número uno del mundo. Entonces surge la opción de Djokovic, número tres y que cerró la temporada ganando la Copa Masters de Shanghai. El serbio se suma al cartel por una cifra de 350.000 euros, con lo que el montante del torneo asciende a 1.550.000 más IVA. Pese al alto coste, todo sigue adelante. “Nos dimos la mano”, dice Franco, que contacta con Albert Molina –uno de los responsables de IMG, empresa que lleva los derechos publicitarios de Nadal– para dar el o.k.

A finales de septiembre, ingenieros argentinos visitan la Plaza de Toros junto a los responsables del IMD para estudiar la instalación de la cubierta necesaria para la celebración del torneo, momento en el que la noticia sale a la luz. Pese a que es un secreto a voces, la versión oficial del Ayuntamiento es que no hay nada, y el rumor en la ciudad se agranda como una bola de nieve.

La siguiente cita es a mediados de octubre en el Masters Series de Madrid. Octavio Triano y María Luisa Gómez, gerente del IMD, viajan a la capital de España, e incluso hasta última hora se estudia la opción de que también acuda Rosa Aguilar para refrendar el acuerdo y hacerse una foto con Nadal y Djokovic. La alcaldesa no asistió, y aunque puede que sí existan esas fotos con los jugadores, nunca se hicieron públicas, quizás una muestra de las dudas que todavía había en Capitulares sobre la viabilidad del proyecto.

Algunas trabas surgen con el contrato sobre la mesa. En las oficinas de QPT en Madrid, la comitiva municipal pide un cambio en el reparto de gastos e ingesos a un porcentaje del 30-70, aunque tras un tira y afloja queda en las cifras iniciales. Las partes quedan en verse en Córdoba a finales de octubre para firmar el contrato. “Yo les dije que si no había dinero todavía estábamos a tiempo de no hacerlo”, apunta Franco, en un punto sin retorno para la operación, pero desde el Ayuntamiento se da el o.k. Según el gerente de QPT, las partes firmaron dos copias del contrato (una para la Fundación y otra para la empresa organizadora), pactando que una entidad bancaria de Córdoba avalaría la operación. Todo estaba listo para que en los primeros días de diciembre se presentara el acto a bombo y platillo.

El 24 de octubre, Rafa Nadal recibe en Oviedo el Príncipe de Asturias y, asesorado por sus mánagers, anuncia que acabará su temporada en Córdoba, algo de lo que el diario Marca se hace eco en su edición del sábado 25. Es la confirmación de algo que hasta entonces sólo se había movido en rumores más o menos fundados. El número uno del mundo jugará en Los Califas.

 

Así se frustró. Rafa Nadal se retira lesionado del Masters Series de París-Bercy y dispara todas las alarmas, pues sin el manacorí el éxito del torneo corre serio peligro. El 10 de noviembre, el balear anuncia entre lágrimas que no disputará la final de la Copa Davis en Argentina, aunque desde el IMD se asegura que tienen la confirmación por parte de sus agentes de que el número uno del mundo estará en Córdoba.

Albert Molina y Roberto Carretero vuelven a viajar a Córdoba para recoger una copia del contrato y confirmar el aval bancario, pero entonces reciben la negativa. No hay dinero, no hay financiación y no hay torneo. Son los primeros días de noviembre y desde Madrid tratan sin éxito de ponerse en contacto con Alfonso Igualada o incluso personalmente con Rosa Aguilar. Así, a última hora de la tarde del 19 de noviembre, QPT emite un comunicado en el que señalan que el torneo de exhibición Córdoba 2016 Tennis Cup, previsto para los días 19, 20 y 21 de diciembre, “no se celebrará debido a la falta de seriedad y profesionalidad del  IMD y la Fundación Córdoba para el Deporte y a la ausencia de fondos de su Ayuntamiento”.

Igualada, quien hasta ese momento había mantenido un absoluto silencio oficial, respondió entonces que la razón por la que no se iba a celebrar era que Quality & Price Technologies “no había confirmado los precontratos de los patrocinadores”. El presidente del IMD incidió en esos días en que “nunca hemos confirmado que había un acuerdo”, asumiendo que “nosotros hemos cumplido buscando nuestros patrocinadores, pero ellos no nos han confirmado con datos los suyos”. Justo un mes antes del inicio del torneo, el castillo de naipes se vino abajo.

Así sigue coleando. Pese a que hace un mes que todo quedó aparentemente zanjado, el cruce de acusaciones sigue en las oficinas y acabará en los tribunales. “Lo único que reclamamos es el contrato a la Fundación y al Ayuntamiento”, sigue diciendo hoy Quique Franco, “pero los contratos no aparecen”. Incluso asegura haber solicitado la mediación de Alfonso Ceballos, Coordinador General de Alcaldía-Presidencia, en un intento de solucionar el asunto por la vía amistosa, “pero es imposible”. “Hemos intentado acabar como caballeros por la forma en que el Ayuntamiento se ha portado siempre con nosotros, por eso no creía que fueran a dejar colgadas a tantas personas”, lamenta el gerente de QPT, “porque después de todo, me gustaría saber si en algún momento alguien se ha tomado esto en serio o sólo querían tomarnos el pelo, que es lo que al final han hecho”.

El asunto ya está en manos de los abogados con una posible demanda por daños y perjuicios, “más por el moral para la empresa que por el económico”, aunque los gastos previos de gestión ya están cifrados en 150.000 euros. Además, la tardanza en el anuncio de Córdoba de su imposibilidad para organizar el torneo impidió que la empresa pudiera ofertarlo a otras ciudades, con la consecuente pérdida de negocio. Por otra parte, ésta insiste en recuperar su copia firmada del contrato, principal prueba en un recurso legal, y que también estarían dispuestos a reclamar como apropiación indebida de bienes.

Todo estaba listo. El Corte Inglés tenía preparado el sistema de venta de entradas y el hotel Córdoba Center había reservado las suites. El cargo en taquilla, incluidos los palcos VIP a 4.800 euros, ascendía a 980,000 euros y los ingresos nunca bajarían de los dos millones de euros. “Con el 60% de la Fundación sólo hubiera tenido que aportar 350.000 euros en un evento de repercusión mundial”, incide Franco. Pero todo se cayó.

Lo peor es la degradación  de las relaciones entre ambas entidades, “porque Igualada es un cobarde. Alguien que no me coge el teléfono, que primero dice que hay torneo y luego que no... No entiendo qué oculta. Era tan fácil como decir que no había presupuesto cuando todavía estábamos a tiempo”, apunta Quique Franco, para quien el adjetivo que califica todo lo ocurrido es sencillo: “Patético”.

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