Lugo - Córdoba · la crónica

La peor obra del curso (1-0)

  • Un Córdoba superado y desconocido la mayor parte del encuentro cede su segunda derrota consecutiva. Xisco, al inicio, y Strahman, casi al final, fueron los únicos que asustaron a Mallo.

La peor versión del CCF apareció en Lugo y el equipo cayó, con total justicia, ante un cuadro local tremendamente superior y al que sólo su falta de tino en los metros finales le impidió haber goleado. Los blanquiverdes, desaparecidos, apenas dieron señales de vida en los primeros diez minutos y ya cuando todo estaba perdido, dando algo de emoción a un partido que debió estar cerrado mucho antes. El resto del choque se dedicaron a ver bailar, con el balón como fiel compañero, a un conjunto lucense al que da gusto ver jugar, si bien tuvo que esperar a la segunda mitad para ponerse por delante tras un fallo en la salida de Luso que enervó a Villa. Es la segunda derrota consecutiva, tras la sufrida una semana antes en Las Palmas. Pero, sin duda, esta es más dolorosa por las sensaciones dadas en un campo en el que ya tocó sufrir de lo lindo hace unos meses. 

Resultó más convincente de inicio el CCF, que se presentó con las novedades forzosas de Janse en el lateral derecho y Pacheco como interior zurdo, y la elegida de Armando como central. Maniató de entrada a las piezas clave del Lugo, especialmente Pita, y su idea inicial se vio incentivada por varios errores de la zaga local que animaron al colectivo entrenado por Pablo Villa. El más grave, una cesión corta de Pavón con la cabeza a Dani Mallo, que no la supo traducir Xisco en gol ante la salida del meta coruñés. 

No tardó el conjunto rojiblanco en sacudirse la presión inicial y pronto exhibió sus señas de identidad, las que lo han convertido en una de las sensaciones de este arranque de temporada: control del balón y capacidad para combinar, aunque quizá con un mayor repliegue del habitual para explotar la velocidad y los espacios a la espalda de la defensa del Córdoba. 

Y ese fútbol asociativo le proporcionó las primeras ocasiones. Erró Sandaza, tras recibir de Rennella, en la definición ante Saizar. El meta vasco volvió a salvar a su equipo en la acción siguiente. Pablo Sánchez sirvió el balón desde la izquierda, Rennella remató acrobáticamente, pese a la dificultad que conllevaba recibir la pelota de espaldas y en carrera, y Saizar se estiró con acierto para evitar que la media chilena se convirtiese en el 1-0. El costalazo del ariete franco-italiano resultó fatal y a los pocos minutos tuvo que dejar el terreno de juego. Quique Setién, que había perdido para el encuentro a Álvaro Peña por una gastroenteritis, dando entrada a Sandaza en una variante más ofensiva, mantuvo, pese a la lesión de Rennella, la apuesta atacante con la presencia de Juanjo por el máximo goleador del Lugo, muy motivado al medirse a su ex equipo. 

Un lanzamiento de falta de Pita sirvió para completar cinco minutos de insistente acoso local que obraron como punto de inflexión en el devenir del encuentro. El Córdoba, dubitativo atrás e impreciso arriba, no volvió a asomarse a los dominios de Dani Mallo hasta el final del encuentro. Y el empuje del Lugo se incrementó, aunque sin clarividencia en los metros finales. 

Trató de ponerle remedio Villa situando a Abel Gómez sobre Pita para dificultar la circulación de pelota del conjunto local, que reclamó hasta cuatro penas máximas. Ninguna pareció lo suficientemente clara para señalarla, pero la grada, por acumulación, entendió que sí. 

El CCF no estaba. Y lo peor es que ni siquiera el paso por el vestuario pareció ser remedio suficiente para arreglar el desaguisado. Más bien, todo lo contrario, ya que al cuarto de hora de la reanudación, un ejercicio de fe de Fran Sandaza desequilibró el partido. Porfió por una pelota con Luso que acabó robando al rival en la salida por la parcela central, se escoró a la derecha buscando ángulo de tiro y golpeó con fuerza para superar a Saizar por bajo. Anotó así su primer gol en casa, después de marcar dos veces lejos del Anxo Carro. 

Villa buscó un cambio de escenario inmediato. Y no dudó en retirar a un central, Fran Cruz, incorporar al ariete Strahman y asumir el riesgo de jugar con sólo tres defensas. Quedaba media hora por delante. Y ya era un todo o nada. 

El partido se abrió y el peligro, mucho más controlado en el área local, merodeó ambas porterías. No aprovechó el conjunto lucense los espacios en la retaguardia del Córdoba para cerrar el partido. Ni el ímpetu de Sandaza ni la clase de Iván Pérez resultaron suficientes para superar a Saizar. 

El conjunto blanquiverde tuvo más intención que acierto. La propuesta arriesgada del planteamiento de Villa no se tradujo en cuotas de peligro. Ni siquiera en un dominio intenso. La única ocasión clara surgió en una acción a balón parado. Abel Gómez golpeó con precisión desde la izquierda y Strahman cabeceó con pericia de espaldas a la portería de Dani Mallo, pero la pelota no cogió el camino de la portería por muy poco. Con el CCF volcado, con más ganas que fútbol, Iago Díaz pudo aniquilar la impaciencia de la afición local, pero su tiro, tan mordido como cruzado, se paseó por delante del portal de Saizar. Fue el epílogo a un duelo para olvidar. O, mejor dicho, para revisar más de una vez para no repetir errores. Porque, sin duda, lo de ayer fue lo peor que se le ha visto al Córdoba en este campeonato.

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