La situación del Córdoba (mala, catastrófica) es peor tanto en cuanto se compara con las rachas de sus enemigos de la zona baja. Porque, si por algo se está caracterizando este tramo de competición, es porque los que deben ganar -por la lógica de la motivación- lo están haciendo. Todos menos, claro está, los de blanco y verde. Por algo son el peor equipo de esta vuelta y, por algo también, van penúltimos.

la guerra de buenos

Hay uno que ya está de tregua. El Numancia puede subir en la próxima fecha frente al Salamanca (si no, ascenderá tarde o temprano). El Málaga lo vio regular nada más en Vigo, pero acabó imponiéndose de forma más o menos apurada. En Gijón lo pasaron igual de mal para ganar al 74 y, de paso, frustrar a todo una Real que sigue empeñada en volver por la vía rápida a su hábitat natural. Cuatro primeros, cuatro triunfos. Y el Córdoba se tiene que enfrentar a sportinguistas y donostiarras.

la de los mediocres

De rebajas. El Eibar perdió en El Ejido en el tramo final del encuentro. El Salamanca se dejó remontar en Albacete, el Tenerife fue goleado en Soria, el filial aplastado en San Sebastián y el Celta humillado en Balaídos. Parece que, para algunos, ya ha llegado la época de vacaciones. O de estar más pendientes de esperar una llamada que clarifique su futuro. O del maletín pertinente que, en muchos de los casos, no es capaz de imponerse a la propia hambre de gloria.

la de los no tan MALOS

En realidad, el único malo de los de abajo ahora es el Córdoba. Porque es quien peores registros acumula (nueve sin ganar) y porque los números de sus rivales por la salvación van mejorando. El Poli, que llegó a estar a 18 de los blanquiverdes, ya se ha situado a uno (y siguen pensando que se salvarán). Su próximo obstáculo, el Xerez, lleva el mismo tiempo sin perder. El Nàstic hace la goma con la zona de descenso y el Albacete lleva tres victorias seguidas en el Belmonte... donde el Córdoba jugará en dos semanas. Ay.