El fútbol tiene estas cosas. Un primer tiempo difuso saldado con 0-0 y una segunda mitad en la que, paradójicamente en los momentos de mayor lucidez, el contrario marca y cierra el partido. Eso le pasó ayer al Córdoba en Mendizorroza. Es difícil de explicar y de asimilar, así que José González y sus jugadores tienen trabajo por delante. Otra semana complicada. Y esto no ha hecho más que empezar. Habrá que apretar los dientes.

Defensa

José repitió la zaga de la primera jornada, con dos laterales reacios a proyectarse (Mario y Rubén) y dos centrales tirando a lentos pero firmes en el juego aéreo (Gaspar y Pierini). Y Raúl Navas en la portería. No estuvieron finos en el primer periodo, ya que Toni Moral campó a sus anchas por la izquierda y Javi Guerra se convirtió en un incordio. Además, Garitano se topó con el travesaño en un barullo en el área.

El preparador blanquiverde configuró un doble pivote más compacto con la entrada de Ito por Javi Flores. No es que el Córdoba se erigiera en el dueño y señor del choque, pero sí fue asentándose hasta dar sensación de superioridad. Al menos, el punto parecía al alcance de la mano. Pero nunca se puede infravalorar al rival, ya sea el Alavés o cualquier otro. Bastó un balón al área de Toni Moral para que entre Javi Guerra y el suplente Igor, con la decisiva colaboración del cuerpo de Pierini para desviar la trayectoria del remate, materializaran el 1-0.

El Córdoba ya no pudo levantarse. Asumió riesgos al dejar una línea de tres atrás: del 4-4-2 se había pasado al 4-2-3-1 con la irrupción de Arteaga, y la apuesta definitiva consistió en una especie de 3-2-3-2, con Pierini y Asen cerca de Bernardo. A pesar de los desequilibrios, no hubo más tantos, ni en un arco ni en otro.

Ataque

La presencia de José Vega por Arteaga suponía la única novedad con respecto a la alineación presentada contra el Hércules. El zurdo trató de profundizar, al igual que el miércoles en el Heliodoro. Guzmán, por el otro costado, no anduvo fino. Y así, sin verticalidad, tocó fiar la suerte a la estrategia. Tampoco funcionó, en buena medida por culpa de envíos defectuosos. Hay que ensayar más, si cabe. Los citados Guzmán y José Vega, Cristian Álvarez, Gaspar desde la medular… Muchos lanzadores, nula productividad.

El Córdoba no crea en la zona ancha. Javi Flores no carbura, y la actuación de la alternativa en Tenerife (Katxorro) no hizo sino alimentar el debate. Ayer, Ito cumplió en su cometido, aunque eso no implique magia en ataque, precisamente. Sin fluidez, sin paredes ni triangulaciones eficaces, Asen y Gastón Casas desperdiciaron energías al bajar a recibir. Sobre la marcha, José optó por Arteaga como mediapunta, dejando a Pepe Díaz sin actuar. Apenas cinco minutos después de ese cambio se produjo la diana de Igor, y los intentos postreros quedaron en nada. Ni con Pierini.

Virtudes

El Córdoba tuvo arrestos para dar la vuelta a la tortilla y hacerse acreedor al punto en la segunda parte.

Talón de aquiles

Los primeros 45 minutos mostraron un equipo indeciso, sin mordiente. El Alavés mereció irse al descanso con ventaja.