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100 horas, nueve fichajes y tres líos

  • El CCF comienza la semana de la vuelta al trabajo con numerosos frentes abiertos y media plantilla por cerrar

Algo más de 100 horas, nueve fichajes por hacer y tres problemas por resolver. Ése es el panorama que le queda al Córdoba a cuatro días de comenzar la pretemporada, pues los jugadores están citados el próximo viernes para iniciar los reconocimientos médicos. Menos de un mes después de que Pepe Díaz echara el cierre a la liga con el gol del triunfo ante el Murcia, los blanquiverdes necesitan encontrar las numerosas piezas que le faltan para completar su puzzle, y lo peor es que a partir de ahora el tiempo empieza a jugar en su contra.

Buena parte de esas urgencias han venido por la reestructuración interna que acometió el club antes de comenzar la planificación deportiva, unos cambios en los que se perdió buena parte de la segunda quincena de junio. La llegada a la presidencia de José Miguel Salinas, la continuidad de Javier Zubillaga como director deportivo y la llegada de Lucas Alcaraz como entrenador completaron la estructura de la planta noble del club, pero dilataron el inicio del trabajo en los despachos cuando otros ya habían tomado la iniciativa.

El primer paso fue la limpieza de Zubillaga con su lista de bajas, una criba que dentro de un estudiado plan de viabilidad dejó el vestuario semivacío y la carpeta del director deportivo llena de deberes por hacer. Con la puerta de salida abierta de par en par, incluso para hombres como Guzmán, Katxorro o Rubén, que en principio entraban en el nuevo proyecto, se presentó un verano en el que el Córdoba tendría que hacer no menos de diez fichajes para completar la plantilla de 22 jugadores que ha solicitado Alcaraz. La última decisión de no renovar a Pierini para que el toscano pase a ser segundo entrenador sólo fue la confirmación del disparo de salida para un Plan Renove que, de momento, tiene muchas piezas por cubrir.

Dos fichajes y una repesca. Eso es lo que ha hecho hasta ahora el Córdoba, dejándose un arduo trabajo para las semanas más calientes del verano. Con las incorporaciones de Jorge Luque y Mikel Dañobeitia el equipo ha reforzado el doble pivote y las bandas, dos de las posiciones que habían quedado más desguarnecidas. La decisión de que Troyano se incorpore al primer equipo tras su cesión al Mérida aporta polivalencia a la zaga, ya que el canterano se desenvuelve tanto en el puesto de central como lateral derecho, pero su nombre no está en la lista de candidatos a titular.

Durante la presentación de Jorge Luque, el propio Zubillaga recordó todo el trabajo que le queda por delante justo en la semana en la que el equipo vuelve al trabajo. El Córdoba todavía tiene que hacer nueve fichajes, convirtiéndose en uno de los equipos de la Liga Adelante con más huecos en su planificación. "El club se está moviendo con coherencia dentro de su proyecto económico, pero eso hace que no seamos la primera opción", dijo la semana pasada Lucas Alcaraz, un técnico que sabe que tendrá que ajustar muchas piezas en un tiempo récord.

Porque muchos de esos fichajes deben ser titulares, atendiendo a las necesidades que Zubillaga desgranó la pasada semana. Un portero, dos centrales, dos laterales para la banda izquierda, dos piezas para el doble pivote, un jugador diestro y al menos un delantero son las piezas que el Córdoba trata de pescar en un mercado semiparalizado por la crisis y con clara tendencia a la baja. Descartes de Primera, cesiones, jugadores libres y perlas escondidas en Segunda B son el perfil deseado en unas semanas de ferviente (y necesaria) actividad.

En la portería, y pese a la renovación de Fernando López, Lucas Alcaraz quiere otro hombre que dispute la titularidad con Raúl Navas, protagonista en las últimas fechas por el supuesto interés del Mainz alemán en sus servicios.

En el centro de la defensa quedan dos huecos. Con Gaspar con sitio fijo en el once y Troyano en la recámara, el Córdoba busca un veterano con solvencia y un joven que se lo ponga difícil a los titulares. Para el primer perfil se ha vinculado con los blanquiverdes a Pablo Casar, que la pasada temporada militó en el Alavés después de un largo periplo en el Racing de Santander, donde coincidió con Lucas Alcaraz. Por el momento, el central es el representante de los ocho jugadores alavesistas en la negociación con el club por el ERE en el que se encuentra inmerso el Glorioso y trata de negociar las deudas contraídas con la mayoría de la plantilla. El cántabro ha reconocido que "hay cosillas de Segunda", aunque si nada cristaliza estará el día 20 en la vuelta al trabajo de los blanquiazules.

 Igual de desguarnecido está el lateral izquierdo, vacío tras la salida de Rubén, mientras que en el doble pivote se busca acompañantes para Carpintero y Jorge Luque. Las marchas de Endika y Katxorro, junto al deseo de prescindir de Ito, requerirían la llegada de al menos un jugador con capacidad de creación y otro recuperador para dotar de equilibrio al puesto de mediocentro, uno de los caballos de batalla la pasada temporada.

De mitad de campo en adelante, la banda derecha aguarda vacía tras las salidas de Cristian Álvarez y Guzmán, y eso contando con la polivalencia de Dañobeitia. Javi Casares (San Fernando) fue uno de los primeros nombres en salir a la palestra, ajustado perfectamente al perfil dibujado por Salinas a la hora de definir los posibles fichajes (joven, con proyección y en precio), pero tras un primer acercamiento no ha habido más avances.

Para la delantera, con Asen y Pepe Díaz, la profundidad de Arteaga, más la versión ofensiva que espera Alcaraz de Javi Flores, sigue faltando una referencia en el área. Yordi tiene las maletas en la puerta tras su fiasco de la pasada campaña y se le busca un sustituto con sus mismas características, a las que se ajustan jugadores como el cordobés Jesús Berrocal o el xerecista Calle. El primero, formado en la cantera del Real Madrid, no cuenta para el primer equipo del Racing de Santander, con el que la pasada campaña llegó a debutar (y marcar) en Primera. El atacante no está en la lista de canteranos que harán la pretemporada con el equipo cántabro y parece condenado a seguir en el filial. Otro nombre que ha aparecido vinculado al Córdoba es Antonio Calle, que este año regresa al Nástic tras su cesión (y ascenso) con el Xerez. La salida de Esteban le cierra las puertas a la continuidad en el conjunto azulino, y los catalanes estarían dispuestos a darle una salida, aunque su alta cotización (su traspaso costó 1.1 millones) y el hecho de tener aún un año de contrato complican su llegada.

Y además, todavía queda la operación salida. Sólo Cristian Álvarez lo tiene hecho con el Arsenal de Sarandi, mientras que Mario no parece un problema mayor. Las complicaciones llegan con Ito y Yordi, dos de los jugadores con ficha más alta y con gravosos contratos en vigor. "A mí no me han llamado", declaró ayer el centrocampista extremeño en cordobadeporte.com, que dejó clara su postura apuntando "regresaré al trabajo el viernes como el resto de mis compañeros. No estoy dispuesto a rebajar mi sueldo, porque ya perdí dinero viniendo aquí. Si no me quieren que me paguen lo pactado y me iré". Tampoco parece sencilla la negociación con Yordi, al que le queda un año de contrato con unos emolumentos que se salen de las pautas del plan de viabilidad. Si no se llega a un acuerdo, el viernes estará en El Arcángel en la vuelta al trabajo. Para eso sólo quedan poco más de 100 horas.

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