Suecia | españa · frente a frente

Dos tantos y ningún héroe

  • Con un fútbol muy distinto, Torres e Ibrahimovic mostraron su olfato goleador, que desapareció en el segundo tiempo · La sombra de Villa eclipsó a ambos jugadores

Apenas hacía cuatro días que Ibrahimovic había marcado uno de los mejores goles de la Eurocopa ante Grecia. Algo más de tiempo llevaba Fernando Torres sin ver puerta con la selección, casi un año desde septiembre de 2007 ante Letonia, por lo que los números estaban, a priori, con el sueco, un delantero capaz de fabricarse una ocasión de la nada.

Pero cada partido es un mundo, y el punta español, que en el primer partido regaló un gol a Villa, por fin volvió a alzar los brazos con la camiseta roja. De España, claro, porque en el Liverpool ha demostrado este año que olfato le sobra. Con espacios, el madrileño sabe ganarle la espalda a los defensas, aunque ante una Suecia que acumulaba siempre más hombres por detrás del balón los huecos casi había que inventarlos. Torres jugó casi siempre volcado en el costado diestro, un paso por detrás de Villa, buscando balones largos. El delantero del Inter no los buscaba, los esperaba. Ya en el primer minuto ambos mostraron sus armas: control con el pecho del sueco dentro del área e internada del español por la derecha tras un pase largo, jugada que repitió en dos ocasiones más en la primera parte.

Más activo al inicio, Torres fue el primero en demostrar sus credenciales de goleador. En una jugada ensayada impropia de la selección de Aragonés, el nueve de España metió la bota en un lugar casi imposible, a media altura adelantándose a Hansson, tras un centro de Silva. 1-0 para España y para Torres, que se imponía a un voluntarioso pero desasistido Ibrahimovic.

El fútbol de Suecia tiene un único secreto: Ibrahimovic. Es el futbolista que hace jugar a su selección, bajando balones, aguantando la llegada de sus compañeros y abriendo espacios. Con el marcador en contra, los escandinavos pisaron el acelerador y su fútbol comenzó a tener respuesta. Ahora, al menos, encontraba apoyos en los hombres de segunda línea. Torres desapareció a medida que Ibrahimovic aglutinaba el poder ofensivo de su equipo. Un pase interior a Larsson y un disparo dentro del área fueron los primeros avisos. A la tercera fue la vencida.

Cosas del destino, Torres volvió a oler el esférico en el minuto 32, en otra internada por la banda derecha. En la siguiente jugada, Ibrahimovic se mostró letal. Le ganó la espalda a Sergio Ramos, controló, se dio la vuelta y disparó al borde del área chica (segundo lanzamiento entre los tres palos de los suecos) para empatar el partido y el duelo de delanteros.

El fútbol control de España y la mayor contundencia sueca provocaron que ninguno luciera más en el resto del encuentro. Primero porque la estrella escandinava se quedó en el vestuario tras el descanso -sin él Suecia ya no pisó el área de Casillas- y segundo porque Torres, pese a jugar los 90 minutos, apenas encontró huecos en el segundo tiempo. Un par de lanzamientos cómodos al muñeco (el segundo clarísimo) y poco más. Eso sí, su lucha no paró hasta el final. La búsqueda de un despeje de Capdevila hizo que su defensa fallara en el corte y que Villa recogiese el balón en el área. El desenlace de la jugada valió la clasificación para cuartos.

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