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No le gusta salir

  • El Córdoba encajó en Las Palmas su tercera derrota consecutiva a domicilio y no acaba de abrir brecha · El Murcia de José, próximo escollo, es un rival directísimo

Caras largas en el regreso desde Gran Canaria. Como no podía ser de otra forma, el madrugón sentó mal en la expedición de un Córdoba que a primera hora de ayer aún rumiaba la derrota (1-0) en Las Palmas, la tercera consecutiva a domicilio. Como en los compromisos de la primera vuelta en Soria, Valencia o Cartagena, el combinado de Lucas Alcaraz desperdició el sábado una ocasión magnífica para dar un golpe de efecto lejos de casa y agrandar la brecha con la zona de descenso. A pesar de los pesares, los resultados de la vigesimoséptima jornada sólo han comprimido la clasificación, que a efectos prácticos ofrece el mismo panorama que la semana anterior: el equipo es décimo y mantiene seis puntos de margen sobre la quema. El siguiente en la lista es el Murcia de José González, otro rival directo en la nutrida guerra por la permanencia. El cuadro pimentonero ocupó la cuarta plaza por la cola de forma provisional durante la sesión dominical, aunque finalmente salvó la igualada frente al Levante en la Nueva Condomina (1-1). Al CCF le beneficiaron el enésimo revés del Celta (1-1 con el Recreativo el sábado) y el descalabro del Albacete en Cádiz, ya que dilapidó un 1-3 (4-3 al final).

A estas alturas, a nadie se le escapa que el Córdoba pierde fuera lo que gana en El Arcángel. El balance de puntos es demoledor: 26 frente a tan sólo nueve. Y de aquí al final del campeonato quedan más viajes (ocho: Tarragona, Huesca, Salamanca, Gerona, Alicante, Albacete, Madrid y Castellón) que fines de semana junto al Guadalquivir (siete: Murcia, Real Sociedad, Numancia, Levante, Recre, Cartagena y Real Unión). Para el siguiente desplazamiento no habrá excesivas pistas, ya que el Nàstic acaba de destituir a César Ferrando para dejar el proyecto en manos de un viejo conocido, Luis César Sampedro.

El grupo voló a Sevilla ayer por la mañana y descansó por la tarde. La programación semanal comienza con una sesión vespertina (16:30) hoy, aunque Alcaraz está pendiente de la climatología para fijar la sede del entrenamiento. En su etapa en Córdoba, el granadino está harto de agua. Incluso ha visto nevar copiosamente.

El ex preparador cordobesista Pacuco Rosales se acercó al aeropuerto para despedir al plantel. El canario charló distendidamente con los utilleros, Rafael Márquez Campos y Pepillo, con el fisio Mariano Mansilla y, por supuesto, con Pepe Díaz. Porque él fue su mentor, el hombre que le hizo debutar en Segunda B, con apenas 18 años, en la temporada 97-98. Sin embargo, el delantero no estaba ayer para bromas. Por su cabeza aún revoloteaba la oportunidad que se fue al limbo en el minuto 50, con 0-0 en el marcador, tras plantarse solo ante Pindado. "Lo vi muy fácil, pero me botó un poco antes. Unas veces entra por la escuadra y otras veces pega en el larguero y se va fuera. Lo importante es tener ocasiones, porque fuera de casa no tenemos muchas. El equipo ha dado otra impresión fuera", señaló el de Almodóvar, que no pudo celebrar su flamante renovación por tres años con su duodécimo gol en la Liga -Jorge Molina sí anotó ayer y ahora es pichichi de Segunda en solitario-. "Si hubiera marcado en esa ocasión, el partido habría cambiado. Dimos vida a un equipo cuando la gente le pitaba, con el campo en su contra -Las Palmas llevaba cuatro meses sin ganar en casa-. En la segunda parte fuimos claros dominadores, pero nos metieron un gol y se llevaron el partido", lamentó.

Otros jugadores también hicieron declaraciones antes de embarcar. El argentino Savoia, el último recurso ofensivo ya a partir del minuto 80 -no había sido convocado desde la visita a Villarreal, de la jornada 23-, precisó que "no hemos tenido más ocasiones en ningún otro partido. Ahora tenemos que ganar en casa, no cabe otra".

Por su parte, Gaspar volvió al once tras perderse el duelo con el Elche por sanción. A la hora de juego, el central fue testigo directo de la diana de Javi Guerrero, quien cabeceó solo entre él y Carpintero en un saque de esquina -en un córner anterior, a la media hora, le habían anulado un gol por un inexistente fuera de juego-. Para el cordobés "fue una pena. Sobre todo en la segunda parte, el equipo creó ocasiones. Tuvimos la oportunidad de sacar algo positivo, pero ellos en una jugada a balón parado consiguieron su gol, cuando mejor estaba el equipo. Es una pena, podíamos haber dejado otro equipo atrás y haber dado un saltito en la tabla. Tenemos que afrontar el partido contra el Murcia con muchas ganas y mucha entereza para poder puntuar". Sabe que sumar a domicilio "es la asignatura pendiente que tenemos. El equipo quiere mejorar su imagen y ganar partidos. No sé a qué se debe ese pequeño bajoncito lejos de El Arcángel. Por actitud no es, porque el equipo le echa siempre las mismas ganas, pero es verdad que fuera no estamos dando la talla. Esperemos que en estos partidos que vienen podamos conseguirlo".

Mientras, su compañero en el eje de la zaga intentaba sacar conclusiones esperanzadoras. "Nos quedamos con el sabor agridulce, porque el equipo hizo un buen trabajo y sin embargo nos llevamos el mismo resultado que en Vigo. Creo que es positivo ver que el equipo ha cambiado la cara y puede afrontar los partidos de otra forma", manifestó Agus, que resaltó la trascendencia de los pequeños detalles en la resolución del choque en Las Palmas: "El equipo hizo ocasiones y como mínimo el empate habría sido un resultado justo. Faltó que la pelota entrara o que el árbitro diera el gol de Juanjo". El balón traspasó la línea tras un testarazo del punta cántabro en el minuto 36, pero Lizondo Cortés no lo vio. Otra piedra en el camino.

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