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La guerra de los mortales

  • Sin el lastre de ser el único a cero de victorias, el CCF busca otro acelerón en casa ante un rival directo que lo reafirme fuera de la zona de descenso que dejó ayer

Ya nadie lo mira raro. Ya cuando aparece en el desfile se siente tan importante como el resto. Nota que lo llaman y le preguntan por la calle. Y eso le hace feliz, porque es lo que durante más de tres meses venía buscando sin descanso, sin suerte también. En el lugar donde presumen de ser más que nadie, pero son ese tono afable que siempre cae bien, los blanquiverdes dejaron enterrado un lastre que los tenía maniatados, que no les impedía mostrarse en todo su esplendor. O eso, al menos, es lo que esperan los aficionados cordobesistas que hoy volverán a desafiar al frío y la lluvia para estar en El Arcángel junto a sus héroes con la ilusión de que lo que vieron por la tele hace sólo siete días tiene continuidad en el hogar propio. Más que nada porque después de medio año ya toca vencer en casa y, sobre todo, ahora que enfrente aparece un Levante que sólo tiene tres puntos más y que se antoja como un rival directísimo en la intensa lucha que se prevé por la permanencia. De momento, la goleada del Real Madrid en su visita al Almería anoche sacó al menos por un día al Córdoba de la zona de descenso, situación que en caso de alegría se confirmará de manera más perdurable al filo de las diez de la noche. Pero antes habrá que pelear con todo, como corresponde en cada estación de penitencia de este largo caminar que empieza a verse de manera más plácida y menos tortuosa tras empezar a ver equipos por el retrovisor.

Después de conseguir en Bilbao el primer objetivo, de dar ese primer paso sin el que nada sería posible, ahora el CCF tiene ante sí nuevos retos, que se antojan mucho más asequibles al verse ya desprendido del cero en el casillero de triunfos. Esto no para, y esta es la única forma de alcanzar al final el éxito. Ahora toca romper una racha negativa en El Arcángel que dura desde el 25 de mayo, cuando El Arenal estaba en plena efervescencia por la feria. El premio sería enorme en caso de victoria. De inicio, dejar a un lado el dudoso honor de ser el peor local de todo el fútbol profesional español en este 2014 que trajo el ascenso; de seguido, reafirmar la posición fuera de descenso que ayer trajo de regalo el abultado tropiezo del Almería y que se ha convertido en peligroso hábitat desde el inicio de la temporada. La mejor forma de encarar el tramo final de un año para todos inolvidable.

La última cita liguera en casa -el miércoles tocará tomarse un nuevo sorbo de la Copa, esa que ya no mola tanto, ante el Granada (1-0 en Los Cármenes)- no es nada fácil. Enfrente aparece un Levante adiestrado por un estratega de categoría y con reciente pasado cordobesista como Lucas Alcaraz que planteará un encuentro rocoso, a fuego lento, en el que la ansiedad y la precipitación se dibujan como los peores enemigos. Djukic es consciente de ello y ha insistido durante toda la semana en la tranquilidad como mejor receta. Además, será definitorio mantener el orden y el sacrificio defensivo mostrado en San Mamés, porque el cero atrás garantiza puntuar y, casi seguro, ganar. Ojo, por cierto, a las acciones de estrategia que tanto rédito están dando al conjunto granota y que, a su vez, tanto daño han venido haciendo a este Córdoba durante las jornadas precedentes.

Con un último entrenamiento a desarrollar hoy mismo, Djukic tiene la gran duda de repetir alineación, con el sustento del primer triunfo, o recuperar la versión original. Ambas tienen tantas virtudes como defectos, y en encontrar el término medio estará la virtud. El nombre propio para dar forma a todo es Fede Cartabia. El argentino, jugador franquicia del club, no estuvo en el triunfo en Bilbao, pero pocos discuten su importancia en los esquemas de este equipo... si se implica como el que más. A eso de las ocho se desvelará la primera gran incógnita; a eso de las diez, dos horas más tarde, se podrá ver si este CCF se asienta fuera del sótano de la tabla. Sería el mejor antídoto para el frío y la lluvia que se esperan para la hora del encuentro. Un clima similar al que había en San Mamés. Si el resultado es el mismo... mucho mejor.

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