El Barcelona se convirtió en el primer equipo en clasificarse para los cuartos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Sevilla, actual campeón, al empatar sin goles en el Camp Nou, un resultado que le bastó después del empate a un tanto de la ida.

El equipo azulgrana pasó la eliminatoria por el valor doble de los goles en campo contrario, en este caso el tanto conseguido por Thierry Henry en el Ramón Sánchez Pizjuán. Y nadie puede decir que no fue justo vencedor, más que nada porque el Sevilla decepcionó profundamente en su visita a la Ciudad Condal.

Frank Rijkaard no ofreció sorpresas en su alineación. Si acaso, incluyó a Iniesta en la delantera en el lugar de Bojan. Más adelante se situaron el mexicano Giovani y Henry, quienes no tuvieron su mejor noche. Por su parte, el Sevilla estaba muy mermado por las bajas. Al final recuperó al goleador brasileño Luis Fabiano, pero aquejado de una gripe que le dejó sin fuerzas. Fue sustituido en el intermedio después de fracasar en cada acción que intentó.

La primera parte no tuvo mucho fútbol, aunque sí intensidad y emoción. Iniesta tuvo la primera ocasión a los tres minutos, pero el Sevilla no se dejó intimidar y equilibró fuerzas. Hasta se puede decir que fue algo superior en la primera mitad. Hubo mucho fragor en la batalla, pero la realidad es que los arqueros no intervinieron. Y el descanso llegó sin muchas oportunidades.

El segundo acto resultó anodino, especialmente porque al Sevilla se le agotó la gasolina muy pronto. Las piernas del conjunto andaluz apenas duraron 60 minutos, momento que aprovechó el Barça para asumir el mando.

Bojan y Deco insuflaron aire al conjunto local, que pasó a dominar ante un Sevilla desconcertante. Al cuadro de Manolo Jiménez le faltó ambición o, quizá, acusó el esfuerzo que conlleva jugar con tantas ausencias. Por la razón que fuera, no tuvo muchas opciones de voltear la eliminatoria.

La ocasión visitante más clara, la única, llegó a ocho minutos del final, cuando Daniel Alves sacó una falta lejanísima y el balón botó en el larguero tras un exceso de confianza de Víctor Valdés.