ENTREVISTA · ALESSANDRO PIERINI

"Que la gente piense cómo estábamos hace tres años"

  • El italiano habla sin tapujos sobre la idiosincrasia del cordobés, que “tiene un gran defecto: no valorar lo que tiene” · Avala la gestión de Campanero y Emilio · Cree que esta plantilla tiene potencial para reaccionar y sopesa seguir una temporada más

Tres lustros como profesional acarrean una ración de experiencia a prueba de bombas. Por eso habla tan claro, mojándose, sin eludir ningún charco. El Tano sigue ahí, apuntado por los focos, erigido en el estandarte del Córdoba. El gran capitán. Natural de Viareggio, de la provincia de Lucca, toscano, italiano de rompe y rasga, Alessandro Pierini encara el nuevo año con el ánimo renovado, dispuesto a tirar del carro en lo que resta de temporada. Como ha hecho desde que recaló en El Arcángel, cedido por el Racing de Santander, hace ahora cuatro años; pasa el tiempo y en su acento afloran, sin disimulo, rasgos andaluces. El central cumple su quinto curso como blanquiverde y no se resigna a que sea el último.

–Sólo podemos pedir felicidad para 2009, porque otro año como 2008 no lo aguantaría cualquiera... Ser el capitán del Córdoba debe de curtir una barbaridad.

–Sí, hay que pedir felicidad y tranquilidad, porque el 2008 no ha sido para nada tranquilo desde muchos puntos de vista. Ojalá este 2009 pueda traer tranquilidad y no sólo en cuanto a resultados deportivos, también al entorno, todo lo que es el Córdoba Club de Fútbol. Siempre son los resultados los que mandan, pero hablar demasiado no sirve para nada. Necesitamos tranquilidad; nosotros, la gente y los que trabajan ahora por el club, porque se lo merecen.

–¿Qué pide a la afición? ¿Perdón? ¿Paciencia? ¿Cariño?

–Perdón, porque ha habido partidos que han dejado bastante que desear. Paciencia, porque los grandes proyectos se hacen con el tiempo, dejando trabajar. Hay que tener tranquilidad en muchas cosas. Ahí están los ejemplos del Villarreal o el Sevilla, proyectos a largo plazo con gente que ha tenido tiempo para trabajar. Eso es lo que falta aquí. Y el cariño nos lo están dando. Sobre todo, una parte de la afición que siempre está con nosotros. Otra parte, quizá influida por algunos medios, parece que espera que las cosas nos vayan mal para meter un poco de caña. Pero la mayoría está con nosotros, y lo notamos.

–¿Por qué se sufrió tanto la campaña pasada? ¿Y por qué se está repitiendo la historia?

–La temporada pasada no pasará más en la historia de este equipo. En el primer tramo de la Liga, el equipo jugaba muy muy bien al fútbol, pero los árbitros nos quitaron bastantes puntos con decisiones muy dudosas: penaltis, faltas al borde del área, descuentos con más minutos... Creo que eso trajo un poco de psicosis al equipo, que en los últimos minutos tenía miedo a ganar. Y eso ha caracterizado un poco toda la temporada. Este año es distinto. Quizá nunca hemos dado sensación de equipo sólido, e incluso en los partidos que hemos ganado podríamos haber ido por debajo en el marcador. El equipo tiene que cambiar. Por equipo entiendo los jugadores: tenemos que dar mucho más, porque podemos dar mucho más. Hasta ahora los 23 jugadores de la plantilla estamos rindiendo por debajo de nuestro nivel.

–¿Hay equipo para estar más arriba o no hay más cera que la que arde?

–Podemos estar más arriba. Estoy convencido, pero el fútbol no es matemático. No sólo por decirlo vamos a estar más arriba; hay que demostrarlo en el campo, y hasta ahora no lo hemos demostrado. Pienso que hay plantilla para pasar un año tranquilo, pero hay que demostrarlo. Entre nosotros mismos lo hablamos muchas veces: estamos entrenando muy bien, y lo que falta es ganar un partido para quitarnos el pesimismo. Cuatro derrotas seguidas se notan en la moral.

–Convénzame de que hay al menos cuatro peores en Segunda.

–Pienso que el Sevilla Atlético y el Alicante van a tener muchos problemas este año. El Eibar seguramente es peor que nosotros, y después están Huesca, Girona, Albacete, Alavés... No los veo superiores a nosotros, para nada. Para mí, son inferiores. Pero una cosa es hablarlo y otra, demostrarlo; hasta ahora lo están haciendo mejor que nosotros. El fútbol es así: el año pasado, el Zaragoza tenía equipo para meterse en la Champions y bajó. Hablar no nos hace mejores futbolistas. Hay que demostrarlo, porque en estos primeros 17 partidos hemos demostrado muy poco. Cada uno debe dar muchísimo más.

–¿Cómo está el ánimo del vestuario?

–Bien. Queda todavía mucho, y en estos dos últimos partidos, aunque hemos perdido, algo hemos cambiado. Han sido dos partidos que se han perdido por algunas decisiones por lo menos dudosas. Estamos a la espera de lo que podamos dar en los próximos partidos después del cambio de entrenador, que puede hacer que el equipo se conciencie más de que la cosa tiene que cambiar. Pero eso se cambia sólo con los resultados; no hay mejor medicina que ganar un partido. Puedes entrenar muy bien, pero si pierdes te mata la confianza.

–¿Por dónde pasa la recuperación del Córdoba? ¿Son los jugadores los máximos responsables de ocupar la zona de descenso?

–En lo bueno y en lo malo, el 85 o el 90 por ciento del mérito dentro del campo es de los futbolistas. En el fútbol no se puede echar a 23 o 25 tíos, es más fácil echar a un entrenador. Pero lo que pasa dentro del campo lo hacen los futbolistas. El fútbol bonito también lo hacen los futbolistas. Somos los culpables de esta situación y los únicos que podemos salir de esto. Eso está claro.

–El entrenador. ¿Qué tal va la transición entre José González y Luna Eslava?

–Va bien. A Juan muchísimos lo conocíamos, y los nuevos lo van conociendo. Es una persona que conoce muchísimo el fútbol, conoce la categoría y está intentando aportar un poco más de alegría. Nos quiere transmitir que disfrutemos con nuestro trabajo, que no entrenemos con angustia, y que la alegría se pueda pegar de un futbolista a otro. Los entrenamientos son mucho más intensos que antes.

–El director deportivo. ¿Es imprescindible que Emilio Vega fiche en este mercado invernal?

–Los fichajes de invierno los veo más para completar la plantilla, o si el equipo ha tenido alguna lesión grave en algún puesto particular, para compensarla. Pero veo complicado que los fichajes cambien a un equipo, sobre todo porque los que fichas no están jugando o vienen de una lesión. Seguramente aportarán aire fresco, pero no pienso que puedan cambiar drásticamente a un equipo. Si el club piensa que en algún puesto necesita refuerzos, imagino que hará algún fichaje. Pero que nadie piense que sea fichar y que el Córdoba cambie de dinámica. Aquí la gente estaba acostumbrada a diez tíos nuevos, pero eso eran otros tiempos, y al final se vio que no daba resultados. Escuchas a la gente que dice que aquello era un desastre, y ahora parece que quieren eso otra vez. En algún puesto se puede traer competencia, pero que nadie piense que va a cambiar la situación. Los que podemos cambiarla somos los que estamos aquí, porque tenemos potencial para cambiarla.

–El presidente. Son demasiados disgustos para Rafael Campanero y sus 82 años...

–Demasiados disgustos, y no se los merece para nada. Ningún aficionado puede hablar mal de Campanero, no tiene sentido. Lleva 50 años en el club, siempre ha logrado éxitos, hace tres años cogió un club que era un desastre desde todos los puntos de vista y lo subió de categoría. Ha conseguido un club de los más sanos de España, con éxitos a nivel comercial y económico. No entiendo la guerra que se está haciendo contra él y Emilio. El balance de los tres años sólo puede ser positivo, con sus errores, con sus matices. Pero que la gente piense cómo estábamos hace tres años.

–El dueño. ¿Es partidario de que José Romero venda el club para traer aire fresco?

–Aquí en Córdoba la gente tiene un gran defecto: no valorar lo que tiene. Y a lo mejor lo echa de menos cuando no lo tiene. Encontrar una persona como don José Romero, que quiere tanto al Córdoba, es muy complicado. En el fútbol hay mucho pirata que lo único que quiere es darse publicidad, para luego dejar tirado a un club y a una ciudad. Los que piden aire fresco, que piensen lo que tienen, lo que está haciendo José Romero y la gente que está trabajando para el club. Y a lo mejor dentro de seis meses empezarán a echar de menos lo que tenían. En una situación económica tan mala, seguro que a José Romero le vendría bien encontrar una persona para vender el club, pero una persona seria, que quiera hacer las cosas con sentido y seriedad. Pero nadie se ha presentado con estas características. Lo que la gente tendría que hacer es agradecer a este hombre todo lo que ha hecho y lo que está haciendo. Si este hombre se cansara, no sé qué sería del Córdoba en el futuro.

–Centrémonos en el fútbol puro y duro para terminar. El domingo llega la Real Sociedad. ¿Hay que ganar o ganar? ¿O le parece contraproducente hablar de finales?

–Las finales son siempre en los últimos meses. El año pasado, los seis últimos partidos sí eran finales para nosotros. Ahora no son finales, pero con la racha que llevamos, y jugando en casa, hay que ganar como sea. Estamos a cuatro puntos de la permanencia y debemos empezar a sumar de tres en tres, pero cada partido tiene su historia y a lo mejor luego el empate es bueno. Lo que sí tenemos que intentar, primero, es acabar con once, porque así nos meten goles y se van los puntos. Hay que intentar mejorar la imagen. Ése es el camino. Ganar sería muy bueno, sobre todo para coger confianza y decirnos a nosotros mismos que podemos ganar. Un resultado positivo puede cambiar la dinámica.

–Hablando de finales, ¿hasta cuándo le queda cuerda?

–No sé. Al principio no me encontraba bien, no sé si por la pretemporada, y llegué a pensar que este año era el último. Pero llevo un mes sin molestias. Hay que verlo dentro de cuatro o cinco meses. Soy el primero que, si veo que no puedo, no sigo. Está la pasión por el fútbol, pero si veo que no puedo... Eso lo decidiré yo, no la gente que diga que no estoy para jugar. Aquí es muy fácil hablar. Sé que este año no estoy jugando al nivel del año pasado, pero en el último mes me he encontrado mucho mejor. Y eso puede pasar en un futbolista de 35 o 36 años... y en otro de 22 o 23. He jugado los 17 partidos y no creo que sea por ser el capitán, porque el entrenador no me pondría si pensara que hay otro mejor. Por algo será. Aunque haya jugado malos partidos, lo que más me estimula a seguir es que hay gente que sigue confiando en mí.

–Le propongo un brindis: dentro de un año, y con el mismo brazalete.

–Gracias. Feliz año para todos.

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