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De la frustración de Day al logro de Walker

Como si soportar una frustrante derrota en el Campeonato de la PGA a manos de Jimmy Walker no fuese suficiente, Jason Day, número uno del ranking mundial, deberá convivir con que le recuerden el hecho con mucha frecuencia.

Y es que Walker, un aficionado a la astrofotografía que lo venció por un solo golpe en un duelo emocionante sobre el campo de Baltusrol, es, probablemente, el jugador con el que comparte más tiempo Day a lo largo del circuito. El motivo: son vecinos. Razón de peso para no poder despegarse de él.

"Veo a Jason más que a nadie, estamos literalmente en el mismo lugar cada semana", contó Walker sobre su relación con la estrella mundial del golf, con el que viaja a cada torneo del circuito de la PGA.

Lo cierto es que lo que significó un triunfo histórico para uno, al mismo tiempo se transformó en una frustración para el otro. Y Day, que defendía el título logrado en 2015, despidió una desilusionante temporada en la que no logró conquistar ningún grande.

A pesar de ello, el australiano aseguró que no estaba decepcionado: "Se puede aprender más cuando estás en esta posición. Ésta es una forma de crecer como jugador y como persona, y así poder mejorar. Espero que esto me ayude a ganar más majors en el futuro".

Lo cierto es que en el conformismo de Day también tiene que ver una preparación escasa para el torneo, después de una única sesión de práctica. El martes, dos días antes del inicio del certamen, el australiano llevó a su mujer a un hospital por una reacción alérgica.

Además, a lo largo de las cuatro jornadas, casi nunca estuvo con expectativas claras de ganar, salvo en el hoyo final, cuando consiguió un eagle que redujo de tres a un golpe su diferencia con el líder y que obligó a Walker a lograr al menos un par para evitar el desempate.

"Fue agradable conseguir el eagle y sirvió para hacer que Jimmy tuviera que pensar, pero es evidente que jugó bien todo el día. El birdie que hizo en el 17 fue clave para él", aseguró Day.

A pesar de la decepción de su amigo, Walker tuvo tiempo para celebrar una conquista que consideraba que en algún momento se iba a concretar. "Para mí, ganar un torneo de este tipo era una cuestión de tiempo, eso es lo que sentía. Seguro que me hace mirar más hacia adelante", reveló el cuarto ganador distinto de un major en la presente temporada.

El logro del estadounidense, de 37 años, es el sexto título de su carrera, aunque hasta ahora su mayor trascendencia había sido fuera de los campos de golf. Y es que su trabajo como astrofotógrafo ha sido reconocido incluso por la NASA .

A raíz de su victoria del domingo, Walker ya no necesitará fotografiar a las estrellas, al menos a las que se pasean por los campos de golf de todo el mundo. Para los entendidos de este deporte, él es ya, y por méritos propios, una de ellas.

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