Costó Dios y ayuda en un partido que parecía perdido hasta el 2-2, pero el Córdoba logró por fin devolver la sonrisa a su afición con una victoria balsámica que debe hacer a los de Sandoval cambiar el sino de la temporada. Logró los tres puntos el cuadro blanquiverde ante un rival directo y buena parte de culpa la tuvo la afición de El Arcángel. Después de la pobre entrada registrada en Copa del Rey, con el error manifiesto del club al intentar hacer caja con un rival poco atractivo y sin tener en cuenta la mala situación del CCF, en liga la hinchada blanquiverde se volvió a enchufar con su equipo. Un total de 12.097 espectadores arroparon a su equipo y pusieron el aliento final cuando llegó la expulsión de Pomares para propiciar una remontada que le cambia la cara al equipo de Sandoval. Además, esa sintonía entre equipo y afición puede terminar siendo muy provechosa, pues ayer El Arcángel volvió a rugir y su equipo notó el empujón anímico que llegaba desde la grada.