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Una esperanza canaria de 19 años

  • Carla Suárez: "Yo tenía un año cuando Arantxa ganó aquí por primera vez"

Sebastián Fest (Dpa) / parís

"Cuando Arantxa ganó por primera vez este torneo yo tenía un año". Carla Suárez Navarro, la española que asombra en París, sintetizó en una sola frase la dimensión de su hazaña.

De 19 años y 132 del ránking mundial cuando empezó en París, la canaria ya está entre las ocho mejores de Roland Garros. Nadie la esperaba, porque comenzó el torneo antes de que empezara, en la clasificación. "En la previa hubo un partido que me costó mucho. Si no hubiese luchado un par de juegos más, quizás ahora no estaría aquí", dijo recordando su triunfo por 7-5 en el tercer set ante Ferguson.

Tras derrotar en ocyavos de final por 6-3 y 6-2 a la italiana Penneta, Suárez tendrá un partido de otro calibre ante la serbia Jelena Jankovic, número tres del mundo. Ya ha sumado 125.000 euros, unos 194.000 dólares, bastante más del doble de los 84.551 que había acumulado en su carrera. Sin duda, la española está entrando en una nueva dimensión. Pero ella no se preocupa. "Si a la rival le demuestro que estoy nerviosa, ya le doy una ventaja", explicó con la misma tranquilidad con la que eliminó en segunda ronda en la pista central a la francesa Mauresmo, ex número uno del mundo y tan eterna como frustrada esperanza local de ver campeona a una de las suyas.

Tras los gloriosos años 80 y 90 en los que Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez le dieron al tenis femenino español cinco títulos de Grand Slam y otros tantos de la Copa Federación, la euforia cayó. Ya no había estrellas ni resultados deslumbrantes, aunque el circuito siguiera viendo a un grupo de españolas que ganaban algunos torneos menores.

El polémico Pedro Muñoz, cerca del final de su ciclo como presidente de la Federación Española de Tenis (RFET), intentó revertir esa tendencia apoyando el tenis femenino con dinero y certámenes. Hay algo de paradójico en que Suárez explote precisamente ahora, cuando Muñoz se hunde en el descrédito por su enfrentamiento con las máximas figuras del tenis español masculino.

Nacida en la isla de Gran Canaria, Suárez se instaló hace un año en Barcelona. Allí se inició la explosión de una jugadora que apela al revés a una mano, a contramano de un circuito dominado por los obuses a dos manos, sobre todo tras el repentino retiro de la belga Justine Henin, el modelo de jugadora de Suárez Navarro: "Ella tiene algo que yo tengo que mejorar muchísimo: la velocidad y la movilidad. Me fijaba mucho en Henin, sí.", reflexionó Suárez antes de largar un nuevo latigazo, casi un revés, como coletilla: "Pero creo que ahora ya me voy a fijar en mí".

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