Transcurrido un tercio de Liga, el Córdoba es decimosexto, con 16 puntos. Tres plazas por debajo -entre medias figuran el Eibar y Las Palmas-, con dos puntos menos, se encuentra el Elche, que marca la barrera con la abominable zona de descenso. Por lo tanto, el compromiso del sábado en el Martínez Valero medirá a dos proyectos en apuros. El cuadro de Claudio Barragán intentará huir de la quema a costa de su dubitativo oponente.

El Córdoba abrió el torneo como colista tras el 0-3 frente al Hércules y continuó portando el farolillo rojo al caer en Mendizorroza (1-0). El empate en casa con el Sevilla Atlético (1-1) sacó al bando blanquiverde de la zona roja, donde no ha vuelto a precipitarse. Su posición más desahogada se produjo después de la novena jornada (2-0 al Tenerife), cuando se situó décimo en la clasificación con un colchón de cuatro puntos sobre el cuarto por la cola (por entonces, el Murcia).

En la actualidad, el Sevilla Atlético es último, con apenas 7 puntos. El Alicante tiene 9 y el Murcia, 12. El Elche había abandonado la zona de descenso al acumular siete jornadas sin perder, pero ha vuelto al sótano de la tabla con su traspié en Chapín (3-1). Curiosamente, el sábado se verán las caras las dos víctimas recientes de los equipos que mandan en Segunda (Xerez y Salamanca).

Faltan tres jornadas para el parón invernal -los siguientes obstáculos del Córdoba serán el Rayo Vallecano y el Levante- y el combinado de José González encara su segunda salida consecutiva con más presión de la deseada. En caso de tropezar en Elche, los blanquiverdes dependerán de los resultados de Las Palmas y el Eibar para no colocarse en puestos de descenso a Segunda B. La otra cara de la moneda, claro, es la posibilidad de dejar muy tocado a un rival directo por la salvación.