Athletic de Bilbao y Espanyol firmaron en San Mamés un empate que no dejó descontento a ninguno de los dos equipos, ya que al blanquiazul le permite no volver a casa de vacío de un campo tradicionalmente adverso y al rojiblanco salir de él con el buen sabor de boca que da siempre haber igualado las cosas a poco del final.

Abrió el marcador Moisés Hurtado en el minuto 37 al rematar de cabeza en el primer palo un buen centro desde el córner de Luis García y empató Iraola en el 81 en un remate de chilena digno de ser visto una y otra vez.

El Athletic perdió una plaza en la tabla clasificatoria, en la que ahora es décimo tercero; el Espanyol, por su parte, continúa en puestos de descenso, ya que, aunque adelantó al Mallorca, le sobrepasó a su vez el Recreativo.

Cuando Iraola puso las tablas a poco del final, la afición local empujó para intentar completar la machada. A partir de ahí, el Athletic tocó a rebato, pero ni Llorente tuvo su día ni el arbitraje de Paradas Romero era el mejor para los delanteros, a los que caía una falta tras otra.

En esa dinámica acabó un partido que supuso, entre otras cosas, un feliz regreso a La Catedral de José Manuel Esnal, Mané, el técnico que salvó al Athletic del infierno de la Segunda División en el segundo año de su particular bienio negro. Buena forma de volver a su antigua casa.