Fútbol l Primera División

La diferencia, la pegada

Diego Forlán y Agüero, autores de los dos primeros goles del Atlético, devolvieron a su equipo a puestos de Liga de campeones y dejaron al Deportivo en una situación muy delicada y con el peligro del descenso cada vez más real.

El Atlético rompió, además, su maleficio en Riazor, donde no ganaba desde la temporada 1994-95, y agudizó la crisis del Deportivo, incapaz de sacar la cabeza de la zona pantanosa.

Ambos conjuntos se repartieron en cuatro minutos las dos únicas ocasiones que hubo hasta el ecuador del primer periodo.

Con la lucha centrada en dejar los mínimos espacios en defensa para evitar disgustos, la pelota parecía, por momentos, incontrolable, los zagueros se la quitaban del medio sin contemplaciones y los centrocampistas no eran capaces de calmar el juego.

Pero los rojiblancos, al igual que el Espanyol en la Copa del Rey, demostraron en Riazor que la pegada que tienen les permite coquetear con las posiciones de privilegio y los blanquiazules dejaron constancia de que el mínimo descuido defensivo les amarga. A seis minutos para el descanso, Antonio López recorrió metros hasta la línea de fondo, centró al área, Agüero dejó pasar el esférico en el primer palo, y Diego Forlán, libre de marca, batió a Munúa.

El Deportivo, que quedó tocado, recuperó el ánimo en la reanudación, en la que Lafita tuvo en sus botas el empate, pero Raúl García apareció en escena para desviar el balón sobre la línea con Abbiati ya batido.

La reacción de los coruñeses, no obstante, se acabó en la siguiente jugada, en la que Agüero, con una gran galopada, dejó atrás a Guardado y al joven Adrián López para batir a Munúa con un remate cruzado y dejar el partido resuelto.

El Deportivo no pudo levantar la cabeza y se hundió todavía más tras un saque de esquina y un mal despeje de la zaga que Jurado dirigió a la escuadra con un buen cabezazo.

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