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Un derrumbe que deja tocado a Quino Soler

  • Un segundo periodo para olvidar provoca la quinta derrota consecutiva de un Ángel Ximénez en caída libre

El futuro de Quino Soler en el Ángel Ximénez-Avia está más en entredicho que nunca después de la quinta derrota consecutiva -tercera de local- de un conjunto en plena caída libre que, pese a todo, mantiene tres puntos de colchón con la zona de descenso. Esta vez no fue cuestión arbitral, sino una segunda parte para olvidar la que dejó sin opciones a la escuadra pontana, superada con claridad tras el descanso por un Logroño liderado en la faceta ofensiva por Juan Castro y Ángel Fernández.

El Ximénez llegó al choque agobiado por su sequía, situación totalmente contraria a la del cuadro riojano, de menos a más en esta primera vuelta de la competición en la Liga Asobal. Con ambos conjuntos mostrando un buen nivel defensivo, la inspiración en ataque de Rudovic permitió a los locales abrir brecha un par de veces, aunque sin pasar de dos goles de ventaja. Pero la entrada a pista del internacional Gurutz Aguinagalde frenó en seco la aportación ofensiva pontana y fue dando paso poco a poco a la reacción de un Logroño que consiguió irse al descanso dos tantos arriba.

Confeccionado para mirar más arriba, el Ximénez está a sólo tres puntos del descenso

Las sensaciones hasta ese momento no eran del todo malas y, aunque más de uno empezó a dibujar en su cabeza pasajes parecidos a los del Granollers o el Ademar, nadie podía pensar que el Ximénez se desplomaría de tal forma tras el paso por los vestuarios. Porque en la reanudación, el cuadro de Puente Genil desapareció por completo, dando muchísimas facilidades defensivas y acumulando numerosos errores en ataque sin que Soler fuera capaz de virar la situación desde el banco.

Ante este panorama, el Logroño encontró en el acierto de Juan Castro una vía perfecta para escaparse en el marcador y poner una renta de cuatro o cinco goles sobre la que ya se movió hasta el final del encuentro. Es más, entre Castro y Ángel Fernández se encargaron de ampliar la renta hasta los siete goles ante la desesperación de un equipo local incapaz de volver a meterse en el partido.

Una sensación de frustración y dolor por la forma en que se hundió el bloque tras el descanso que deja en una situación más que delicada a Quino Soler. El preparador malagueño, con contrato hasta 2019, no termina de sacar todo el jugo a un plantel confeccionado para estar peleando por la primera mitad de la tabla y que ahora está a un paso del abismo y con la única posibilidad de volver a pelear por la permanencia, como en años anteriores. Salvo sorpresa, el sábado tendrá otra oportunidad en Valladolid. Quizás sea la última si no hay cambio radical...

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