Después de dos semanas de parón obligado al detectarse cuatro contagios de coronavirus en su plantilla, el Deportivo Córdoba retoma este sábado la competición en el Subgrupo 3-B de la Segunda Femenina frente al Cádiz (Vista Alegre, 19:15). Será el estreno como local del equipo blanquiverde, que en su único partido en este accidentado arranque de temporada se impuso con claridad al Hércules de Ceuta (2-8).

Tras tener que aplazar sus compromisos ante el Atlético Torcal y el Almaraz por culpa del covid, la principal preocupación del equipo de Juanma Cubero pasa por "no sólo recuperar la dinámica de entrenamientos del equipo, que estaba siendo buena, sino también el tema psicológico, que creemos que puede ser un poco el hándicap de estas dos semanas". La obligada cuarentena obligó al Deportivo a tener que trabajar de forma individual en casa, por lo que habrá que ver qué sensaciones se encuentra el grupo en su vuelta a la pista.

El técnico, que considera que "no es positivo" para el equipo haber sufrido este contratiempo nada más iniciar la competición, está centrado en recuperar la buena imagen dada en Ceuta y semanas antes en la Copa de Andalucía ante un Cádiz al que ya superó precisamente en el torneo regional. Un partido que Cubero apenas tiene en cuenta porque las gaditanas "han podido mejorar el tono físico y ponerse a tope, e incluso ahí están, líderes con dos victorias, lo que las hace mucho más peligrosas".

"Espero un partido muy difícil, y si no rendimos al 120% nos podemos llevar un susto. Sabemos que el Cádiz es un histórico y confiamos en que se vea un buen partido", ha incidido en la previa el entrenador de un Deportivo Córdoba que regresará a Vista Alegre ocho meses después, aunque en este caso con las gradas vacías, una situación a la que el preparador cajista cree que "es a lo que nos tenemos que acostumbrar en estas fechas, el jugar en pabellones con poco público o a puerta cerrada".