El broche de plata

Las cuentas del Granada 74 sí son cristalinas

  • La racha del combinado de Tapia contrasta con la del Córdoba y con la detención de Aranda

La recesión del Córdoba -sólo ha sumado dos puntos sobre 12 posibles- contrasta con el fulgor de un equipo lanzado. Es el Granada 74, ese proyecto sospechoso que nació del traspaso de acciones entre Quique Pina y Carlos Marsá. Superadas las dudas del arranque liguero, todo marcha sobre ruedas.

Después de la octava jornada, el 74 era cuarto por la cola. Apenas contaba con seis puntos. A partir de ahí, la plantilla ha cogido las directrices de Antonio Tapia, ese baenense callado. El balance de las últimas siete jornadas es de cinco victorias, un empate y una sola derrota, en el estreno de Casuco en el banquillo del Xerez (2-1 en la duodécima jornada). La clave está en la firmeza defensiva, pues Jaime sólo ha encajado dos goles -ambos en Chapín- en este tramo prodigioso.

Merced a tres triunfos consecutivos, el cuadro rojillo ha avanzado hasta el octavo puesto de la clasificación. Y sus víctimas no son mediocres, precisamente: las más recientes, el Numancia y el Sporting, permanecen a la sombra del Málaga en la zona de ascenso.

Números tan brillantes han minimizado el eco de otras cuentas: el pasado viernes, el delantero Carlos Aranda fue arrestado -posteriormente quedó en libertad e incluso jugó el sábado- en una operación contra una red dedicada al blanqueo de capitales.

palabra de despacho

Ramón Martínez es el Emilio Vega del Celta. El director deportivo celeste barrió para casa al declarar que no ve "muchas plantillas mejores que la nuestra. Conozco mucho a los equipos de la categoría y, si me pongo a comparar jugador por jugador con los rivales, normalmente me quedo con los del Celta". De momento, seis equipos han sumado más puntos. Por algo será.

de cerio se pone serio

La pasada campaña, Díaz de Cerio anotó cuatro goles en Primera. El descenso de la Real Sociedad le ha trasladado a Segunda, con todo lo que ello conlleva. El sábado, en un Pizjuán desangelado -apenas se dieron cita mil espectadores-, el delantero vio la roja directa a los cinco minutos de salir como suplente. La ansiedad es traicionera.

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