Fútbol l Lucena

El club cumple y paga los atrasos a la plantilla

  • Los jugadores cobran las retenciones de noviembre a febrero

Se acabó, de momento, la intranquilidad en la plantilla del Lucena. A la conclusión del entrenamiento de ayer, los jugadores pasaron por las oficinas del club para recibir las cantidades que se les adeudaban, poniendo fin a una situación que amenazaba con desestabilizar el grupo aracelitano.

La entidad presidida por Jon Ander López mantenía embargado un 30% de las nóminas de toda la plantilla correspondientes entre los meses de noviembre y febrero. La decisión unilateral fue tomada ante la delicada situación económica del club en pleno proceso de transformación en sociedad anónima deportiva. Los jugadores, sin otra alternativa, aceptaron la medida con la promesa de que en el momento que el club recuperara la estabilidad en las arcas se les abonaría el montante, aunque ese día se fue retrasando sin que recibieran ninguna explicación convincente.

La situación fue enquistando con el paso del tiempo, generando un sensible malestar en el vestuario. Los problemas se agudizaron especialmente cuando un retraso de más de un mes en la nómina de marzo - primera que debería cobrarse íntegra tras el periodo de retenciones- obligó a Jon Ander a reunirse con la plantilla solicitando tranquilidad y apuntando una rápida solución.

La calma llegó hace escasos días cuando el vicepresidente Paco Aceituno, hombre fuerte en la parcela económica del Lucena, comunicó a los jugadores que él mismo ser haría cargo en breve de los atrasos en las nóminas.

Ayer llegó el día. Después de muchos meses de incertidumbre, los jugadores cobraron las retenciones atrasadas, pendientes sólo del pago de un par de mensualidades que se realizará antes del 31 de julio para echar el cierre a la primera temporada del club en Segunda B, marcada más por los problemas económicos que por los deportivos, ya que el equipo certificó su permanencia hace varias jornadas.

De hecho, y pese al atisbo de solución que se produjo ayer, las cuentas siguen siendo el principal quebradero de cabeza del club provenzal. El propio Aceituno, junto a otros empresarios de Lucena, se ha puesto al frente de una campaña de búsqueda de recursos para el club, ya que a día de hoy faltan cerca de 200.000 euros para cuadrar el presupuesto.

El principal frente abierto es el de las deudas con la plantilla, ya que si el club recibe denuncias por impagos antes del 31 de julio podría ser castigado con el descenso administrativo a Tercera División sólo un año después de lograr el ascenso.

200.000

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