Un año más, el vendaval azulgrana pasó con fuerza por el Pabellón Alcalde Miguel Salas para superar (28-46) a un Ángel Ximénez-Avia que, pese a la entidad del rival que tuvo enfrente, no dejó malas sensaciones entre sus aficionados, y es que los pontanenses, a pesar de tener objetivos diametralmente opuestos a los del Barcelona Lassa, no se amilanaron y trataron de jugarle de poder a poder a uno de los grandes aspirantes al cetro continental, un riesgo que acabó reflejándose en unos guarismos especialmente altos para lo que habitualmente se suele ver en la Liga Asobal.

De entrada, el choque arrancó con un ritmo frenético, con los ataques superando completamente a las defensas, y con un intercambio de goles que presagiaba espectáculo. El equipo pontanés, con un Leo Almeida muy inspirado ante la portería rival, llegó incluso a ponerse de manera fugaz por delante en el electrónico (3-2), pero la osadía duró lo que tardó Pérez de Vargas en tocar varios balones consecutivos.

N’Ghessan afinó la puntería sobre el marco de Álvaro de Hita, y los letales contraataques de los extremos visitantes hicieron el resto para establecer un parcial de 0-6 que puso el partido de cara para los azulgranas. Pese a todo, los de Puente Genil no se rindieron, y lejos de venirse abajo insistieron en su propuesta.

Almeida seguía haciendo daño en los seis metros, y el buen trabajo de Castro y Víctor Alonso permitió ir limando la desventaja, hasta que De Hita anotó de portería a portería aprovechando una superioridad local para dejar un esperanzador 8-10 en el minuto 13. Sin embargo, el Barça, que nunca se confía en sus visitas a Puente Genil desde que ganara con muchos apuros en su primer desplazamiento a tierras pontanesas en 2014, metió una marcha más a base de defensa y contraataque para desarbolar a los de Julián Ruiz, que comenzaron a atascarse más de la cuenta frente a las torres azulgranas.

Así, la diferencia empezó a crecer y Palmarsson puso los diez de renta, con el 9-19, un marcador que prosiguió aumentando exponencialmente hasta el 14-25 con el que se llegó al intermedio.

Una renta demasiado pesada

Ya en la segunda parte, el encuentro, completamente decidido, siguió por los mismos derroteros que en la primera mitad, aunque con cambio de cromos. El danés Moller relevó con acierto a Pérez de Vargas bajo palos, y su compatriota Mortensen hizo de brazo ejecutor de los contraataques para no bajar el pistón de intensidad.

El Ángel Ximénez buscó alternativas en su juego de ataque con la frescura de Mario Porras, el acierto a ráfagas de Rudovic, e incluso el debut del joven pivote cordobés Pablo Martín, pero el Barça penalizaba cada error local con rapidísimas transiciones donde brillaba la efectividad de jugadores como Dika Mem o Ludovic Fábregas, que rayaron a un nivel espectacular.

Al final, 28-46, un tanteo abultado pero acorde al rendimiento del rodillo azulgrana allá por donde va. La liga de los catalanes no es la del Ximénez, que el próximo miércoles se jugará la vida en Cangas de Morrazo para tratar de acabar la primera vuelta fuera de los puestos de descenso.