John Bonello. Ex guardameta de Malta

"El árbitro fue muy negativo con nosotros"

  • El portero maltés, protagonista de una campaña televisiva en la que se parodiaba a sí mismo, dijo que si le marcaban once tantos dejaría el fútbol, pero no lo hizo · "España tenía que clasificarse y el impulso arbitral fue fundamental".

De los jugadores malteses que pisaron el Villamarín en la histórica noche del 21 de diciembre de 1983, quien más y quien menos recordará a un único jugador, quizás dos añadiendo al goleador De Giorgio. John Bonello, entonces portero de la selección isleña, tuvo una tardía celebridad con un anuncio televisivo que le permitió ser conocido también por las generaciones que no tenían edad para plantarse ante el televisor y ver el 12-1.

Paradojas de la vida, Bonello se ha encargado de formar a los porteros de las diferentes selecciones de Malta, aunque no sea esa la explicación del escaso progreso del combinado mediterráneo. En particular, no tiene un buen recuerdo de lo que ocurrió aquel 21 de diciembre de 1983.

“Fue una mala experiencia, simplemente fue una mala experiencia”. Así de escueto y evasivo es Bonello si se le recuerda lo ocurrido en el estadio heliopolitano. “Nunca hubiera creído que me marcarían once goles, ni doce, eso es impensable”, relataba el ex guardameta maltés, que tuvo el peor de los protagonismos en esta historia feliz para la selección española.

No tiene claro si fue el peor de los partidos de su vida –“por supuesto que fue uno de los que peor recuerdo guardo, no está entre los mejores, eso está claro”– y siempre le ha costado encontrar respuesta para los motivos de aquella espectacular goleada: “No creía que los españoles pudieran marcarnos tantos goles, pero fueron muchas circunstancias, algunas de fuera del campo, y no pudimos con ellos y nos golearon”.

Bonello guarda cierto resquemor hacia los que fueron sus rivales. “No me dijeron nada después del partido, tampoco éramos amigos ni lo somos, pero lo que sí tengo claro es que el árbitro fue muy negativo con nosotros. Ellos necesitaron de la ayuda del árbitro para ganarnos así ese partido, porque España tenía que clasificarse, y el impulso arbitral fue fundamental para que lograran su objetivo”, señalaba rotundo.

Pero el árbitro no fue lo único que influyó en ese encuentro para el desgraciado defensor de la portería maltesa en aquella noche de diciembre, sino que muchos factores externos también actuaron para que la selección isleña no pudiera frenar a los heroicos jugadores españoles. “No es justo y no se juega limpio con los países pequeños

cuando se enfrentan a los grandes, ésa es mi opinión. Es más fácil que sucedan esas cosas con los países pequeños como Malta, con uno más grande no ocurre, seguro. Especialmente fue negativo el trato que tuvimos antes del partido y tampoco fue bueno en el campo. Fuera del estadio había mucha presión, la gente nos gritaba mucho y no nos dejaban ni siquiera en el hotel, todo el mundo se echaba encima y en el autobús, al llegar al campo, había gente esperando para presionarnos,

eso lo notamos mucho”, aseguraba el ex portero, una de las pocas personas que no disfrutaron de lo lindo aquella noche en el Villamarín.

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