Fútbol l Lucena

2007, un año inolvidable

  • El salto a Segunda B se hizo realidad en Noja, donde arrancó una etapa de bonanza que aún hoy dura

De la tierra al cielo en unos meses. Así podría titularse la historia vivida por el Lucena en el año que ahora termina, un 2007 que siempre será recordado por la familia aracelitana como el del histórico ascenso a Segunda B. Eso ocurrió un 24 de junio en la localidad cántabra de Noja. Ahí empezó a escribirse un cuento de hadas que todavía hoy sigue vivo. Porque pese a su condición de novato en la categoría, el cuadro provenzal se ha convertido en un habitante de esa zona noble a la que aspiran muchos, pero sólo llegan unos pocos privilegiados. Él es uno de ellos. Empezó el año en Tercera y lo acaba rozando la zona de play off de ascenso a Segunda. Mejor, imposible.

El gran día del Lucena llegó el 24 de junio en Noja. En aquella localidad cántabra, desconocida para la inmensa mayoría hasta entonces, un 2-2 selló el ascenso a la categoría de bronce -antes ya había caído el Fundación Logroñés- dando paso al vendaval lucentino. Ya entonces se notaba la mano del peculiar presidente celeste, Jon Ander López. Sus decisiones, siempre rodeadas de polémica -despidió a los técnicos Rafa Berges, cuando iba líder destacado, y José Antonio Luna, tras pasar la primera eliminatoria del play off-, acabaron dando el fruto apetecido, quizás mucho antes de lo que él mismo llegara a pensar.

Pero es de recibo recordar que Berges -junto con el hoy entrenador del Villanueva Rafa Carrasco- inició el proyecto y Luna logró el agónico pase a la fase en el último segundo del último partido. Eso sí, el ascenso lo amarraron entre la sabia manija de Antonio Montero, hoy flamante técnico, y su mano derecha, Francisco Gutiérrez Vera. Ahí nació el actual Lucena que campea con gloria por el fútbol profesional español.

Tras las celebraciones multitudinarias en una ciudad que por fin tenía a su equipo a la altura que se merece, Jon Ander dio paso al proyecto que verdaderamente tenía pensado para el club. La primera decisión fue clara: dar todos los galones en el aspecto deportivo a Montero, que así pasó a ser también el entrenador del equipo. Luego llegaron los fichajes, el anuncio de bombas mediáticas que nunca llegaron -algunas, como el argentino Sara le ha acabado explotando en las manos a la entidad provenzal- y la puesta en escena de un bloque lleno de desparpajo, experto y con unas inmensas ganas de crecer. Y tanto que lo ha hecho.

Pese a ser un novato, el Lucena se ha postulado como un claro aspirante al ascenso. De hecho, desde el inicio del campeonato ha estado coqueteando con la zona de privilegio de la clasificación, siempre más cerca de la nobleza que del pueblo llano. Ahora, si el nuevo director deportivo, Albis, es capaz de encontrar los refuerzos necesarios, el equipo aspirará a todo. ¿Se imaginan lo que puede ser un nuevo ascenso? Mejor no pensarlo. La que se puede liar en Lucena sería de aúpa. Y merecido que lo tendrían los fieles seguidores lucentinos.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios