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Al amparo de El Arcángel

  • El conjunto blanquiverde cimentó sus éxitos en el brillante curso 2007 bajo el calor de su afición, que sólo vio una derrota en aquella noche de Feria contra el Melilla · Paco continuó la obra iniciada por Pepe Escalante

El año 2007 ha echado el telón con unas sensaciones excelentes en el cordobesismo. Los aficionados blanquiverdes pudieron celebrar en junio el ansiado retorno a Segunda División gracias, sobre todo, al excelente rendimiento dado por el equipo en El Arcángel, de donde sólo el Melilla salió con los tres puntos. Pese al éxito, el proyecto de ascenso conducido por Pepe Escalante murió días después de las celebraciones en Las Tendillas cediendo el testigo a Paco, otro cordobesista de perfil diferente, que trata de imponer su estilo valiente en la jungla que es la categoría de plata.

mayo gris, junio rojo

Mayo, el mes de las flores, el mes grande de Córdoba, se convirtió en el peor aliado del conjunto blanquiverde en su caminar hacia la recuperación de la gloria perdida y el ascenso a Segunda División. La inmaculada racha del cuadro cordobesista se quebró entre las cruces, los patios y la Feria. Sólo un triunfo en cuatro encuentros y el pase al play off de ascenso en la mano por obra y gracia de un Extremadura que hizo un inmenso favor tras el desastre de Melilla. Ése fue el peor día para una afición que sólo ha salido cabizbaja del estadio ribereño ese sábado de arena, vino y jolgorio en el recinto de El Arenal. En el resto de comparecencias, al menos siempre hubo una alegría en forma de punto, en forma de esos empates que hoy en la categoría de plata llegan a frustrar un poco por reiterativos, pero que tienen un enorme valor cuando acaban dando réditos. Y ése fue el caso de las dos igualadas selladas ante el Pontevedra en la fase y la posterior equis en El Alcoraz, que sacó definitivamente del pozo de la Segunda B al cuadro blanquiverde.

de don pepe a don paco

Una vez más, repitiendo la gesta de junio del 99, Pepe Escalante se convirtió en el hombre del ascenso. El siempre discutido técnico de Las Delicias capeó el temporal que a punto estuvo de llevárselo por delante en los albores del play off y obró -con el resto de gladiadores del equipo- el milagro. Ese logro, sin embargo, no le sirvió para cumplir los dos años que tenía firmados en caso de conducir al Córdoba a Segunda División. Tras los fastos por la gesta conseguida y el agasajo de la afición en Las Tendillas, Emilio Vega soltó la guillotina sobre el cuello del Escalante y abrió una nueva etapa con la llegada de Paco Jémez. El entrenador de El Zumbacón, con apenas un bagaje de una decena de partidos en Segunda B, aceptó el reto de conducir al equipo de su ciudad por la categoría de plata. De momento, el balance es positivo. El equipo no ha pasado por agobios clasificatorios pese a acumular una racha de siete semanas sin ganar y, es más, hasta se ha permitido el lujo de coquetear con la zona noble pese a ser un recién ascendido. El Arcángel vuelve a disfrutar con el fútbol valiente que el que en su día fuera central duro y correoso trata de imponer como patrón de éxito del cordobesismo.

el tridente mágico

Arteaga, Asen y Javi Moreno. El gol en el Córdoba tiene nombre y apellidos. Entre los tres acaban 2007 con 42 dianas, más de dos tercios de los tantos anotados (62) por el equipo en los 43 partidos disputados entre aquella victoria en el Álvarez Claro de Melilla el 7 de enero y la derrota sufrida el pasado domingo en Los Pajaritos de Soria. Es el tridente mágico del cordobesismo, los jugadores más queridos por una afición que tan pronto pasa del ¡Da-vid, Da-vid, David Arteaga! al ¡Asen-gol, Asen-gol, Asen-gol! o al ¡qué bonitos, qué bonitos, son los goles del gordito! Y eso que, sobre todo el sevillano y el valenciano, se han perdido muchos partidos claves. Especialmente dolorosa fue la baja de Javi Moreno para el play off. No hicieron falta sus goles. El doblete de Asen en Pasarón, los goles de Pierini y Guzmán en la primera cita con el Huesca y el penalti de Dani en El Alcoraz fueron suficientes para que el mejor equipo del grupo IV durante ocho meses pudiera pasear su nombre por la categoría de plata con la soltura con la que lo hace estos días.

guardián del valle

Criticado por muchos y admirado por otros tantos, David Valle ha sido el cancerbero de guardia del cordobesismo durante el año que ahora echa el cierre. El portero catalán ganó la partida a Javi Cuadra -salió con destino a Algeciras- durante el ejercicio en Segunda B, pero perdió la batalla inicial con Julio Iglesias para ser el hombre de confianza de Paco para este curso. Sin embargo, la lesión del ex xerecista le ha permitido llegar al final de año como meta titular con un promedio de 1.17 goles encajados por partido, un registro algo peor que el acreditado por Iglesias (1) en los ocho partidos que ha disputado con la elástica blanquiverde.

esa maldita lacra

Los árbitros han acabado convirtiéndose en el foco de casi todas las miradas del cordobesismo. Las discutidas últimas actuaciones en El Arcángel y la facilidad con la que arman su brazo para expulsar a alguno de los jugadores cordobesistas han colmado la paciencia de seguidores, técnicos y directivos. De hecho, si durante los últimos seis meses del campeonato anterior el Córdoba acabó en inferioridad numérica en cuatro partidos, en lo que va de Liga han sido ya ocho -casi la mitad- las veces en las que el cuadro de Paco se ha visto obligado a tratar de hacer bueno el dicho de Helenio Herrera para no acabar sin premio en el zurrón.

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