Además del espectacular registro de Rafa Muñoz en los 50 mariposa, Aschwin Wildeboer se consolidó como la otra gran estrella de la última jornada en Málaga, de donde la natación española salió reforzada en su propia autoestima tras los flojos resultados cosechados el pasado verano en los Juegos Olímpicos de Pekín.

El catalán, otro de los valores en alza de la natación española, consiguió el récord de Europa en los 100 espalda, su especialidad. El de Sabadell, que este año espera también con opciones el Mundial de Roma, paró el tiempo en 52.93, desbancando los 53.06 que tenía en su poder el ruso Arkady Viatchanin desde 2006.

Al margen de los dos citados anteriormente, la tarde en Málaga dio para otros cuatro récords nacionales y hacer así un total de seis. Estos nuevos registros españoles llevan el nombre de Erika Villaécija, Melquíades Álvarez, Marina García -con sólo 15 años- y Brenton Cabello.

Villaécija, acostumbrada a estas lides, batió el del 400 libre, con un tiempo de 4.08.44. La barcelonesa, en la media distancia de su especialidad, estuvo sobresaliente para acabar como la más rápida de toda España en una prueba en la que fue de menos a más.

Además, Melquíades Álvarez hizo lo propio en los 200 braza (2:11.18), acabando con el récord más antiguo de la natación española, en posesión de Sergio López -medallista olímpico en Seúl'88- desde 1990 cuando lo consiguiese en Seattle (Estados Unidos) con 2:12.24.

La jovencísima Marina García lo logró en la misma distancia que Álvarez, con un tiempo de 2:25.38, mientras que Brenton Cabello lo consiguió en la prueba de 200 estilos con una marca de 2.00.38 destronando así la marca del mítico Martín López Zubero, el único medallista de oro que ha tenido España en una cita olímpica. La plusmarca estaba vigente desde 1991, con un crono de 2:01.09 obtenido en Tuscaloosa (Estados Unidos).