La cronometrada de Cholet, casi 30 kilómetros planos que se disputará entre las primeras etapas del Tour y el primer contacto con la montaña en el macizo central, servirá para marcar las primeras diferencias y comprobar en qué estado llegan los favoritos. Se acabaron los faroles, ahora tendrán que dar la talla y mostrar sus verdaderas cartas.

Valverde, que logró el amarillo con solvencia en la primera etapa tendrá que reafirmar su condición física en una disciplina que no es su predilecta. El de Caisse d'Epargne mantendrá una batalla en la distancia con el australiano Cadel Evans, su principal rival para la victoria final y, a priori, mejor contra el crono que Valverde.

En el equipo español apuestan por salir de víctimas a la cronometrada. Eusebio Unzúe cree que perderá tiempo. "Entre uno y dos segundos por kilómetro", afirmó. Tras esa piel de cordero, ni Valverde ni su entrenador renuncian a dar la sorpresa. El murciano conoce la etapa, que corrió en el Gran Premio de Cholet.

Valverde avisa de sus progresos en la lucha contra el crono, hace menos de un mes en la pasada Dauphiné Liberé, se impuso en una cronometrada de distancia similar a Cadel Evans, entonces el recorrido era más exigente y Valverde sacó al australiano 20 segundos. "Mi mejoría en la crono es evidente y no se puede descartar nada, pero ganar a Evans será complicado en este recorrido", aseguró el corredor murciano.

El campeón de España cuenta con otro elemento a su favor, ya que será el último de los favoritos en tomar la salida, por lo que tendrá las referencias de todos sus rivales. Esta ventaja y la buena forma de Valverde puede servirle para aguantar la primera contrarreloj. Cancellara, que lideró el Tour en la primera semana de la pasada edición, es el principal candidato a ganar la etapa y vestir el jersey de líder que hoy se enfundó el francés Romain Feillu, un joven ciclista que no es especialista en la lucha contra el crono y que cuenta con una renta de 1:52 minutos.