El Valladolid se anotó tres puntos esenciales para sus aspiraciones de lograr la permanencia de forma matemática e inauguró un verdadero calvario para el Levante (0-3), un equipo hundido, sin moral, que deberá buscar motivaciones no se sabe bien dónde para afrontar los últimos siete encuentros de Liga.

Los locales contemplaron cómo el Valladolid acaricia la permanencia y ni tan siquiera pudieron ofrecer un buen partido a sus aficionados, única motivación a día de hoy. Sus futbolistas estuvieron visiblemente atenazados y, visto lo visto, lo que queda de Liga se adivina un verdadero calvario.

El escaso atractivo del encuentro se esfumó cuando Llorente hizo el primero. Después, Víctor y casi al final Borja, pusieron el 0-3 definitivo que deja al Levante más cerca de segunda y al Valladolid más cerca de la permanencia.