Mucha calma. A diferencia de turbulentas épocas pretéritas, la de ayer fue una Junta General bien tranquila. Todas las decisiones fueron consensuadas sin ni siquiera una abstención que depreciase la rotunda unanimidad y, por tanto, todo lo referente a las cuentas se solventó con la contundencia que reporta el respaldo absoluto del accionariado. Un éxito completo.

Y eso que el orden del día era amplio y variado. La sesión se principió con un discurso leído por Fernando Peña y que expresaba el sentir general del Consejo. En él se recalcaba la buena labor en el apartado financiero, sobre todo fundamentada en una drástica reducción del déficit presupuestario en unos 3 millones de euros y eso a pesar de la "nula implicación de las instituciones públicas y de las empresas privadas de la ciudad". Pequeño palo para quien lo quiera entender. Por el tema del estadio.

Porque es precisamente El Arcángel uno de los lastres importantes que recoge el informe del Consejo. Minusvalía que impide "explotar aún más sus recursos".

Hablemos de números. 4,4 millones de euros de déficit en la 06-07. Mucho, pero suena bien si se comparan con los 6 de la temporada precedente. Aprobado con unanimidad y sin abstenciones.

8.600.000 euros de presupuesto para la presente, con unas pérdidas previstas de 2,6. También una cifra sensiblemente inferior a la del último paso por Segunda en el que se llegó a los 12 millones.

Ni que decir tiene: Aprobado por unanimidad sin abstenciones. Las manos, bajadas.

Para ajustarse a las normas de la Liga Profesional, se obliga a una ampliación de capital con arreglo a la compensación de créditos. Es decir: se crearán 15.853.587 acciones a 0,07 euros cada una. Así, el nuevo capital social de la entidad quedará fijado en 3,7 millones de euros.

El último punto estrictamente económico era el concerniente a la aportación del accionista mayoritario (Prasa) de la suma de 3.154.860,21 euros para compensar las pérdidas de la sociedad en la pasada campaña. Como no podía ser de otra manera, ninguna voz en contra de la enésima contribución de la empresa constructora a la salud monetaria de la entidad blanquiverde.

Y así, entre promesas de mejora, palabras emocionadas de Rafael Campanero y un turno de ruegos y preguntas excepcionalmente plácido, se llegó al fin de una Junta General sin voces discordantes y que aprobó, punto por punto, las bases de la pequeña revolución en todos los aspectos que, desde hace año y medio, se viene gestando en el Córdoba. La Sociedad está muy viva.