Eurocopa de Leyenda (2)

1960: La URSS se presenta al mundo

  • Primer campeón. La selección soviética abre con el título de París una década larga en la que estuvo entre las mejores, aunque no volvió a ganar.

El fútbol ruso logra el éxito que perseguía. La selección soviética no llegaba como favorita a la final, tras la remontada que protagonizó Yugoslavia en la semifinal ante Francia (5-4), y durante toda la primera parte fue Yashin el hombre que la sostuvo hasta que Galic adelantó a los balcánicos poco antes del descanso. Pero todo cambió en la segunda mitad. Metreveli empató muy pronto y los soviéticos se fueron adueñando del campo a medida que el físico yugoslavo comenzaba a fallar. Aun así, se hizo necesaria la prórroga, en la que un tanto de Ponedelnik le dio el título a la URSS.

Las eliminatorias de cuartos de final no registraron sorpresas y, clasificada la Unión Soviética por el forfait de España, a la fase final de Francia llegaron cuatro equipos en principio muy parejos. Tres selecciones del Este -la propia URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia- y la anfitriona, esa Francia que se había quedado a un paso de la final del último Mundial pero que esta vez no pudo contar con algunas de sus principales figuras.

Y es que ni Raymond Kopa, Balón de Oro en 1958, ni Just Fontaine, máximo goleador del Mundial sueco con 13 tantos -el récord de los campeonatos-, estuvieron en la convocatoria a pesar de que tanto Kopa, que había retornado en 1959 al que sería su club de siempre, el Stade Reims, después de su exitoso paso por el Real Madrid, como Fontaine habían disputado las eliminatorias previas, donde el delantero nacido en Marruecos hizo cinco goles. Del Mundial apenas permanecían Jonquet, Marcel, Wisnieski y Vincent, mientras que apareció Lucien Muller, un medio que jugaría posteriormente en el Real Madrid y el Barcelona.

Francia debía medirse en la semifinal a una selección yugoslava que había barrido a Portugal en los cuartos de final con un 5-1 en Belgrado. Una Yugoslavia con futbolistas como el Mago Sekularac, que, tras vivir sus mejores días en el Estrella Roja y jugar dos Mundiales y una Eurocopa, exprimió su carrera hasta los 37 años en varios clubes de Colombia y Estados Unidos en una época en la que los futbolistas del Este sólo podían salir a otras ligas a partir de los 28 años. Lo mismo ocurrió con los jugadores del Partizan Milan Galic, que vivió bueños años en el Standar de Lieja, o Jusufi, nacido en el actual Kosovo, que se fue al Eintracht de Fráncfort. También emigraron el croata Jerkovic, uno de los que compartió el Pichichi de Chile 62, y el portero de la final, el macedonio Blagoje Vidinic, que como entrenador convertiría a Zaire, en 1974, en la primera selección del África negra en jugar un Campeonato del Mundo.

El Francia-Yugoslavia fue el partido más espectacular y los galos, que ganaban por 4-2 en el minuto 62, vieron cómo tres goles sucesivos de Knez y Jerkovic, en dos ocasiones, le dieron la vuelta al marcador hasta situarlo en el 4-5 final.

Mientras, en Marsella, la URSS se había deshecho sin dificultades de Checoslovaquia (3-0), con dos tantos de Ivanov y uno del caucasiano Poneldelnik, dos de las figuras de un equipo abanderado por Lev Yashin y en el que también destacaban el capitán Igor Netto y el atacante georgiano Metreveli. Yashin, conocido como La Araña Negra, todavía el único portero que ha ganado el Balón de Oro (1963), únicamente jugó en el Dinamo de Moscú (24 años) y casi puede decirse que su tiempo de gloria llegó en los 60, rebasada la treintena, una década en la que la URSS estuvo en todas las grandes citas internacionales.

Checoslovaquia, que en cuartos había eliminado a Rumanía por un 5-0 global, apuntaba alto con jugadores como Masopust, que sería Balón de Oro, Popluhar, Novak o Kvasnak que conformarían la base del equipo subcampeón del mundo dos años después, pero el rodillo soviético acabó imponiéndose.

El título fue para la selección rusa, que, tras haberse proclamado campeona olímpica en el 56, cuando sólo los países del Este llevaban a los Juegos a sus equipos absolutos, conseguía su primer gran éxito compitiendo frente a profesionales. Lo hizo en la prórroga ante la dura Yugoslavia. España pudo haber estado en esa final, equipo había, pero la política se interpuso y siempre quedará la duda.

Ivanov, el primer gran delantero soviético

Casi todos los honores se los llevaba Lev Yashin, pero había otro futbolista que brillaba por encima del resto en la selección que ganaría la primera Eurocopa. Valentin Ivanov (Moscú, 1934-2011), el primer gran delantero soviético, marcó los dos goles que abrieron el camino a la URSS en la semifinal ante Checoslovaquia (3-0) y anotó en todos los grandes torneos que disputó -dos Mundiales y dos Eurocopas-, hasta completar 26 tantos en 60 apariciones con la camiseta soviética, una cifra sólo superada después por Blokhin y Protasov.

Campeón olímpico en Melbourne 56, en Chile 62, con cuatro tantos, compartiría el galardón de máximo goleador con futbolistas como Vavá, Garrincha, el yugoslavo Jerkovic o el húngaro Albert. Desarrolló toda su carrera en el Torpedo de Moscú (1952-1966) -one-club-man, según la terminología británica-, del que luego fue entrenador en tres etapas diferentes entre el 67 y el 96. Su único hijo, llamado también Valentin, fue árbitro internacional desde 2002 y como tal estuvo en el Mundial de 2006.

Ficha del partido

Unión Soviética: Yashin; Chojeli, Maslenkin, Kurtikov; Voinov, Netto; Metreveli, Ivanov, Ponedelnik, Bubukin y Meshki.

Yugoslavia: Vidinic; Durkovic, Mladinovic, Jusufi; Zanetic, Perusic; Sekularac, Jerkovic, Galic, Mastuc y Kostic.

Árbitro: Arthur E. Ellis (inglés).

Goles: 0-1 (43') Galic. 1-1 (50') Metreveli. 2-1 (113') Ponedelnik.

Incidencias: Final de la Copa de Europa de Naciones disputada el 10 de julio de 1960 en el Parque de los Príncipes de París ante 18.000 espectadores.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios