tenis conde de godó

Trabajado triunfo de Nadal ante Carballés

  • El balear, exigido por su rival, firmó un partido más efectivo que vistoso

  • La crisis de Djokovic continúa

Rafa Nadal, número uno del mundo, debutó en el trofeo Conde de Godó con un trabajado triunfo ante Roberto Carballés, al que derrotó por un doble 6-4 en una hora y 51 minutos.

Nadal, que esta semana persigue en la Ciudad Condal levantar su undécimo título del Godó, superó la primera piedra en el camino para revalidar el título, en un duelo en el que fue de menos a más ante el número 77 del ranking de la ATP.

Era la primera vez que ambos tenistas se enfrentaban y Carballés plantó cara de inicio rompiendo el servicio en el segundo juego a Nadal, que empezó frío y enlazando algunos errores no forzados.

Reaccionó el balear encadenando dos roturas en el tercer y quinto juego para resolver una primera manga en la que, a pesar de la ventaja, no acabó de encontrar su ritmo.

Parecía que el segundo set sería más cómodo para Nadal, sobre todo después de haber conseguido romper el primer servicio de su adversario, que, esta vez sí, falló demasiados primeros saques.

Pero Carballés, que en la previa del choque aseguró que plantearía un partido valiente, no se amilanó y, en el sexto juego de la manga, igualó la rotura. El tinerfeño estaba decidido a dar guerra hasta el final. Si tenía que perder no iba regalar nada.

Sin embargo, la resistencia de Carvallés duró poco. En el siguiente servicio Nadal recuperó su derecha ganadora, la misma que tantas veces lo ha llevado a la gloria, para devolverle la moneda a su rival, frenar su innegable ímpetu y asegurarse con su saque una victoria más efectiva que vistosa.

Tras el debut en la pista que lleva su nombre, Nadal se medirá hoy en los octavos de final a otro compatriota, Guillermo García López, número 69 del ranking ATP, que pasó de ronda tras la retirada por lesión de Kei Nishikori cuando ganaba el primer set (6-3).

Aciago estreno el de Novak Djokovic, que cayó ante Martin Klizan por 6-2, 1-6 y 6-3.

Al serbio, sumido en una profunda crisis de juego y resultados, le costó entrar en el partido y perdió el primer set en apenas media hora. Pareció después que había reaccionado en el segundo, mucho más sólido con su servicio y castigando el revés de su adversario. Pero Klizan volvió a sorprenderlo, y esta vez sin margen para enmendar la situación.

"Me guardo para mí en lo que he fallado. Sólo diré que mi equipo y yo necesitamos trabajar más", respondió Djokovic, visiblemente contrariado, antes de abandonar la pista catalana.

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