Toca recuperar el espíritu de las grandes citas
Córdoba | castellón · la previa
Final El Córdoba está obligado a vencer para abandonar la zona de descenso Confianza Luna Eslava recupera su equipo base para plantar cara a un Castellón que mira hacia Primera
Tarde grande en El Arcángel. El Córdoba, después de sumar sólo un punto en las dos últimas semanas y caer de nuevo a los puestos de descenso empujado por su empate en Montilivi, está obligado a vencer al Castellón para salir del pozo. No será sencillo. El conjunto de La Plana ha cerrado febrero con tres victorias en su casillero y sigue aspirando al ascenso a Primera División. Todo pese a verse obligado a cambiar de patrón con la máquina en marcha. Paco Herrera no es Abel, pero bien que lo parece, pues los resultados continúan siendo igualmente buenos. Sin embargo, tal y como ha quedado demostrado en no pocas ocasiones, el cuadro cordobesista se siente cómodo cuando le otorgan el papel de víctima de antemano y es entonces cuando ofrece su mejor cara. Hoy, por tanto, toca ver al equipo de las grandes citas. Ése que un 13 de junio de 2004 tumbó al Elche antes de certificar su salvación en Leganés. O ese otro que tres años y tres días más tarde sacó medio billete hacia Segunda en aquella inolvidable batalla contra el Huesca. O aquel que durante mayo y junio del pasado año superó consecutivamente al Xerez, el Albacete, el Numancia y el Racing de Ferrol para llegar a Anoeta y festejar la más sufrida de las permanencias. Con ese perfil, todo sería más sencillo. Porque como todo el mundo apunta día sí y día también, el futuro de la entidad pasa por El Arcángel. Y en ese reino, ocupado cada quince días por más de 10.000 fieles, apóstoles todos ellos del cordobesismo, ya se ha cerrado el grifo. De ahí no se pueden escapar más puntos.
Para tratar de que todo salga a pedir de boca, Juan Luna Eslava ha apostado por su equipo base. La recuperación de Katxorro, superada ya la contractura que le impidió viajar a Girona, y el regreso de Gaspar y José Vega tras cumplir con Competición dibujan el mismo once que logró la última victoria liguera ante el colista Sevilla Atlético. El vasco se ha erigido en el hombre de confianza del técnico, que ve en él el canalizador ideal del juego del equipo, el único capaz de hacer una transición defensa-ataque coherente. De ahí que parta con ventaja sobre un Carpintero que todavía no ha alcanzado su mejor nivel tras superar la lesión que lo mantuvo apartado de los terrenos de juego por espacio de dos meses.
Menos dudas surgen a primera vista sobre el retorno al once inicial de Gaspar y José Vega. Y es que sus sustitutos en Montilivi, Pablo Ruiz y Arteaga, no supieron aprovechar la oportunidad que se les presentó. El central falló clamorosamente en las dos acciones que originaron el tanto del empate ampurdanés y el extremo sigue sin recordar a aquel futbolista desequilibrante que hace apenas año y medio era la envidia de todos los equipos de la categoría y llamaba la atención de clubes que militan en el escalón superior.
En el resto del equipo no se aventuran cambios. A pesar de que los resultados no terminan de llegar, la imagen del equipo, sobre todo en los duelos como local, invita a ser moderadamente optimista. Con una defensa cada vez más sobria, a la que cuesta hacerle ocasiones cuando tiene el punto de concentración que requiere la ocasión, y el despertar ofensivo de Natalio, Asen y Yordi, hay mimbres más que suficientes para cumplir con el objetivo sin alcanzar las dosis de sufrimiento del pasado.
Precisamente, el ex del Almería será uno de los protagonistas del duelo, ya que se mide al equipo que relanzó su carrera y le permitió dar el salto a Primera División. El valenciano, que se ha adaptado a la perfección a la banda derecha -el equipo ya no está cojo, ya es capaz de crear peligro por los dos costados-, rompió su sequía anotadora en Girona y va claramente a más. Como también debe hacerlo Gustavo Oberman, otro ex orellut al que los minutos que Luna le dio en el tramo final de la última parada deben servirle para ir apurando su puesta a punto. Y es que todos los ingredientes tendrán su importancia de aquí al final para que el guiso salga sabroso.
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