BALONCESTO l NBA

El Rodman cuerdo

  • David Lee es el jugador más valorado por la afición de los Knicks, que ven en él a una reencarnación de 'El Gusano'

El mundo del deporte está plagado de axiomas. Uno de ellos dice que cuando un equipo atraviesa una crisis de juego y resultados, la afición, para sobrellevar la agonía, tiende a reconocer el esfuerzo. Los New York Knicks, hundidos en una miseria que parece no tener fin, cumplen a la perfección con una teoría que, en la Gran Manzana, queda personificada en David Lee, el MVP del Rookie Challenge disputado en Las Vegas hace un año, que tras perderse medio curso pasado por una torcedura e rodilla ha vuelto por sus fueros.

Esta temporada, los mejores aplausos en el Madison siempre han sido para Lee, un jugador blanco de corte físico, técnica heterodoxa y afeada y espíritu de gladiador que, tras entrar en el roster de los Knicks por la puerta de atrás en el verano de 2005, se ha convertido en el estandarte de una franquicia histórica. Su juego, su actitud y sus números remiten a un viejo conocido del star system de la NBA: el joven Dennis Rodman que asombró en los Pistons de principios de los 90. Pero existe una enorme diferencia respecto al Gusano: David Lee está perfectamente cuerdo.

Como Rodman, si Lee es un gran jugador es porque es consciente de sus limitaciones. Ambos, además, comparten un instinto especial para cazar rebotes -el de los Knicks, casi siempre suplente, está en el top 20 de reboteadores de la Liga- y una efectividad inusual en los lanzamientos a canasta, consecuencia precisamente de sus pocas virtudes ofensivas. Si el Rodman de los Pistons sólo tiraba cuando tenía la certeza de poder anotar, Lee lleva a la perfección su capacidad de seleccionar un lanzamiento. Como muestra, el 52,4 por ciento de acierto en lanzamientos de campo, que sólo palidece ante el guarismo que registró el pasado curso: un 60 por ciento que le hizo liderar la clasificación en una NBA donde sólo 29 jugadores encestan más de la mitad de sus tiros a canasta. El 14 de 14 en tiros de campo con el que selló su MVP en el Rookie Challenge de 2007 fue una lección inédita de cómo rozar la perfección.

Además, el de los Knicks cuenta con una ventaja atacante respecto al ex de Pistons, Spurs, Bulls, Lakers y Mavericks: su eficacia desde la línea de tiros libres. El mediocre 58,4 de acierto con el que Rodean cerró su carrera palidece ante el exuberante 78,9 por ciento de Lee.

Todo ello hace que Lee, formado en la universidad de Florida (fuente de buenos jugadores NBA en la última década, como Mike Miller, Al Horford y Joachim Noah) sea el héroe de los decadentes Knicks. Su salario -no llega al millón de dólares anuales, según Hoopshype.com- en la segunda franquicia de mayor volumen salarial de la NBA hace su esfuerzo aún más conmovedor. Nueva York sólo sonríe cuando ve jugar a Lee. Para desesperarse ya tiene a Marbury (20 millones de dólares anuales de inoperancia), Quentin Richardson (ocho millones, sin llegar al 30 por ciento de acierto en tiros) y en la inoperancia general de Isiah Thomas. Pero ésa es otra historiaý

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