El efecto dominó que puede provocar el descenso de un equipo andaluz o extremeño de la LEB Bronce impide que, por el momento, el Rofer Pozoblanco sea ya equipo de la Liga EBA.

Con el Tarragona y el Alaior menorquín ya condenados a la EBA, Tíjola, Mérida y Badajoz -también está implicado el Ávila- pelean por evitar su caída al grupo D, que este año tiene además la peculiaridad de estar compuesto por sólo 15 equipos. Si finalmente se produjera un descenso, los 16 del próximo curso se completarían repescando al duodécimo clasificado de la EBA, el campeón andaluz de Primera Nacional, el campeón extremeño y el vencedor de una eliminatoria entre el segundo andaluz y el campeón de Ceuta y Melilla. En este caso, el Pozoblanco estaría obligado a superar al Alhaurín de la Torre en la final o, en caso de derrota, esperar una ronda de repesca.

Si finalmente no se produce ningún descenso al grupo D, el Pozoblanco ya tendría un puesto asegurado independientemente del resultado de la final.

Otras variantes afectan a estos dos casos, que hoy por hoy son los más probables. De hecho, habría que esperar el posible ascenso de uno de los equipos del grupo D a la LEB Bronce, lo que dejaría más plazas vacantes jugando siempre a favor del Pozoblanco.

El que ya respira tranquilo es el Unión, undécimo con 11 victorias pero que ya ha evitado la posibilidad de descenso incluyendo cualquier opción de dobles o triples empates. El que ya está matemáticamente descendido es el Montilla, con sólo 9 victorias, pues sólo podría forzar un triple empate con el Écija y el Melilla, del que siempre saldría perjudicado.