¿Puede Pretty Woman convertirse en Viernes 13? ¿Puede convertirse Bambi en Tiburón? Vaya si puede, y si no que se lo pregunten al Cajasur, que ayer logró un agónico triunfo ante el Balneario Archena cuando todo apuntaba a una fiesta granate. En siete minutos demenciales, el cuadro de Nacho Criado estuvo a punto de tirar por la borda un trabajo impecable, pero no hubiera sido justo. No porque el Cajasur jugó -hasta el minuto 33- uno de sus partidos más serios de la temporada: sobrio, contundente, y, sobre todo, espectacular en defensa ante Beeson, el MVP de la categoría.

Mención aparte merece Bruno Gelsi, con ganas de reivindicarse tras su catastrófico partido en Jerez. Ya dijo Gomariz que la mejor forma de frenar a Beeson era atacarle, hacer que se sintiera amenazado. Preocupado por sus funciones ofensivas, perdería efectividad en ataque, y eso hizo el Cajasur, poniendo a Gelsi con la única misión de amargarle la vida al americano. Bruno fue una lapa en defensa y agresivo en ataque, suficiente para que la estrella del Archena no anotara su primera canasta hasta el segundo periodo.

Con ese dato como clave en el guión del encuentro, el Cajasur supo salir valiente, llevando la iniciativa durante el primer cuarto aunque sin lograr distancias significativas, un peligro ante uno de los equipos más pesados de la competición. Bastó una pájara al inicio del segundo periodo para que el Archena encadenara un parcial 0-9 que encendió las primeras alarmas en Vista Alegre (19-24, min. 13).

El Cajasur encajó el golpe sin rechistar y se levantó para seguir peleando en una batalla cuerpo a cuerpo, sin concesiones. Con el cuchillo entre los dientes, el cuadro granate mantuvo el tipo hasta llegar al descanso con una mínima ventaja que dejaba todo abierto para la segunda parte (37-36).

Lo mejor estaba por llegar. El Cajasur, un equipo acusado -la mayoría de las veces con razón- de olvidar sistemáticamente la defensa, se puso el mono y ofreció un tercer cuarto sencillamente espectacular. El esfuerzo de Gelsi sobre Beeson contagió a todo el equipo, desarmando por completo los planes de Coello. La diferencia fue aumentando paulatinamente hasta que alcanzó su máxima en el minuto 33 con una máxima diferencia de 16 puntos (73-57) que dejaba el partido sentenciado. ¿O no?

No porque ahí empezó la pesadilla. El miedo a ganar, el pavor reflejado en los rostros empezó a aparecer en los jugadores granates, mientras que el Archena, con todo perdido, se encomendó a una misión casi épica. Siete minutos disparatados, plagados de errores, malos tiros, indecisiones y una técnica a Criado dibujaron un escenario espeluznante cuando Llorente colocó el 78-76 a falta de apenas 50 segundos para el final culminando un parcial 5-19. Vaya tela.

Entonces, Beeson, el mejor jugador de la categoría, desperdició las dos acciones que podían haber forzado la prórroga y el Cajasur, con más miedo que vergüenza, acabó llevándose un triunfo que nunca debió de ser tan sufrido. Sea cómo sea, la Copa LEB Bronce está un poco más cerca.